Al contrario de los que muchos creen, las plantas son muy inteligentes: tienen 15 sentidos más que nosotros y hablan su propio lenguaje. Eso les permite detectar nutrientes, prepararse para las adversidades y defenderse de las plagas.

En la naturaleza, las plantas y los animales viven en armonía y los ecosistemas se regulan para que todos puedan vivir. Pero cuando tenemos plantas en casa, ya sea en el interior, en el balcón o en un jardín, ellas dependen de que nosotros garanticemos que tengan el agua, la luz y los nutrientes que necesitan. 

Muchas veces, aunque lo intentemos, es difícil que alguna planta en particular crezca bien. En esos casos, puedes leer cómo identificar qué le pasa a tu planta y cómo solucionarlo.

Si lo que sospechas es que le falta luz, o que le sobra, aquí podrás aprender cómo asegurarte de qué es lo que le pasa a tu planta. 

¿A mi planta le falta luz?

Para saber si a la planta le falta sol, lo primero que debes hacer es ver para qué lado está creciendo. Las plantas son inteligentes. Cuando les falta sol, lo buscan, y cuando les sobra, se esconden de él.

Si la planta se ve débil, tiene tallos débiles y delgados y las hojas se ponen amarillas y pronto se caen, la planta puede estar sufriendo falta de luz. Otros indicadores son que florece poco, tiene flores pequeñas que se caen sin completar su desarrollo, y no da fruto o los frutos no maduran, en caso de ser un frutal.

Pero además, crecerá inclinándose hacia las ventanas, o hacia el área del jardín que no recibe sombra. Eso se llama "fototropismo". Puede ser que la planta se quede pequeña y desarrolle alguna rama larga que avance hacia el sol.

Cuando a la planta le falta luz hay que cambiarla de lugar. Cuando son plantas de interior, hay que acercarlas a ventanas que se mantengan abiertas durante el día o, si no estamos en casa, pasarlas a un balcón o espacio abierto donde pueda entrar luz durante el día.

Si están en el jardín, puede que los árboles u otras plantas que están muy cerca les estén haciendo sombra, o que algún muro o edificio bloquee la luz del sol. Es conveniente observar bien la dinámica diaria que sigue el sol y averiguar cuántas horas de sol directo necesitan las plantas antes de plantarlas.

Exceso de luz

Aunque a la mayoría de las plantas les gusta el sol, otras no la pasan bien cuando sus hojas lo reciben de forma directa. Éstas suelen ser las que, en la naturaleza, crecen en las partes bajas de bosques y selvas, al resguardo de las copas de los árboles.

Cuando una planta crece hacia el lado de la sombra, es porque quiere esconderse del sol. Además, demasiada luz puede provocar que las hojas pierdan su tono verde y se vuelvan blanquecinas, con bordes marrones y manchas pardas. Por otro lado, se reduce el tamaño del ejemplar, a veces se arruga e, incluso, se puede quemar. 

Para que las plantas no se quemen, también debes evitar mojar las hojas en las horas de sol fuerte durante el verano, porque el "efecto lupa" del agua agrandará los rayos del sol, dañándolas.

También debes siempre procurar que la luz le de a toda la planta: no es suficiente que algunas hojas la reciban, ya que todas necesitan realizar la fotosíntesis.