Claro que la mayoría de las personas en algún momento de nuestra vida hemos soñado con tener nuestro propio auto, nuevo o usado ¡Qué importa! Tenerlo sería un logro. Podríamos ser la envidia de nuestras amistades porque seríamos “libres” de ir a donde queramos a la hora que sea.

Sí, esta idea de que el auto nos da comodidad e incluso estatus está tan arraigada en nuestra sociedad. La prueba está en que hemos inundado las ciudades de vehículos automotores, contradiciendo aquella promesa de libertad, pues ahora nos mantienen encerrados por horas en embotellamientos porque los usamos para trayectos tan cortos que bien podrían hacerse caminando o en bicicleta. Un automóvil estacionado ocupa el espacio de 20 bicicletas.

Para reflexionar sobre ello surgió el Día Mundial Sin Automóvil que se conmemora cada 22 de septiembre. Esta fecha es una invitación a usar otros medios de transporte más sustentables como la bici, caminar, los patines o patinetas. La idea es que los autos se queden en casa para disfrutar nuestras ciudades de manera distinta, sin tanto tráfico ni el estrés que eso genera y de paso, ayudamos a reducir la contaminación del aire.

Este año 2020, la celebración se da con el contexto de la pandemia de COVID-19 en el que la distancia es un elemento clave para evitar los contagios y pareciera que el auto vuelve a ser la opción irrefutable. Sin embargo, varias ciudades de mundo han demostrado lo contrario.

Tanto en Europa como en América la instalación de ciclovías fue una medida tomada por los gobiernos para que la gente pudiera desplazarse de manera individual, evitando las aglomeraciones del transporte público e incluso el uso del auto. El éxito ha sido tal que ya varias ciudades como Nueva York, Bogotá, París y Ciudad de México analizan la posibilidad de que esta acción que se pensaba temporal se convierta en permanente.

Tan solo en Ciudad de México se instalaron dos ciclovías emergentes, sobre el Eje 4 sur y la avenida Insurgentes -que cruza de norte a sur la capital del país-, en ésta última, el número de personas usuarias ha incrementado en un 42% de junio a agosto, según el reporte más reciente de la Coalición Cero Emisiones, integrada por varias organizaciones de la sociedad civil, entre ellas Greenpeace México.

Bajo el lema “que lo bueno sea para siempre” se han iniciado campañas digitales para pedir a la Secretaría de Movilidad que estas ciclovías se queden permanentemente, pues han demostrado su efectividad echando abajo el pretexto de que en las ciudades no se puede andar en bicicleta o que estamos a años luz de convertirnos en urbes ciclistas como Ámsterdam.

La existencia de infraestructura adecuada es clave para que más personas se animen a usar la bicicleta en ciudades donde el auto era el transporte dominante.

greenpeace

Tú puedes sumarte a estas iniciativas firmando la petición en línea, compartiendo información en tus redes sociales pero sobre todo haciendo uso de estas ciclovías para que se queden.