La pandemia ha sido un tema bastante manejado a lo largo del mundo durante año y medio. Su aparición y evolución dejó sin palabras al mundo. La cantidad de vidas perdidas a causa de los daños del virus es impresionante. A pesar de que gran parte de la población mundial está siendo vacunada, aún se realiza un invento y otros estudios para combatirlo. En el transcurso del 2021 los investigadores diseñan un cubrebocas capaz de detectar el COVID-19. Sorprendente, ¿no?

Gran parte de los gobiernos tienen la situación bastante controlada con la vacunación masiva, debido a que el COVID-19 no es juego. Aún se siguen tomando en cuenta las medidas de bioseguridad para evitar el aumento descontrolado de los casos. De hecho, uno de los aspectos más importantes es la detección temprana. Por tal razón, los científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Harvard se dedicaron a desarrollar un cubrebocas que detecte gérmenes, incluyendo el SARS-Cov-2.

Esta idea no es completamente nueva, aunque se puede decir que apareció en el momento correcto. Surgió como un prototipo para otras enfermedades como el Zika, el ébola, entre otros. Sin embargo, se tomó la idea para la detección de la pandemia que ha azotado el mundo. A principios del 2020, estaban a punto de realizar las últimas pruebas para comprobar el éxito, pero la aparición del COVID-19 cambió el rumbo de dicha investigación.

¿Cómo es posible la detección del COVID-19 con el cubrebocas?

La noticia fue publicada en una revista científica denominada Nature Biotechnology. En ella los investigadores plasmaron la manera en cómo era posible la detección del COVID-19 con la mascarilla. La posibilidad está constituida por sensores desechables muy pequeños, prácticamente diminutos. Se colocan en la tela del cubrebocas y, de esta manera, actúa como una prueba PCR sin evaluaciones incómodas.

Para explicar de mejor manera el funcionamiento, han comentado que el cubrebocas cuenta con un depósito muy pequeño de agua y un botón. Al oprimirlo, la misma es liberada e inicia la prueba rápida al usuario. La maquinaria celular liofilizada, o componentes del sensor, se hidratan y analizan las gotas de salivas que se encuentran en la mascarilla.

Luego de 90 minutos, se puede conocer el estado de salud de la persona. Sin necesidad de ir a un laboratorio ni sufrir por hisopados dolorosos. Asimismo, los científicos han acotado la colocación de tejido sintético en una sección diminuta para evitar el movimiento de la muestra y que se evapore o se riegue lejos del sensor.

Soporte en un futuro

Cabe resaltar que no es únicamente el COVID-19 que podrá ser detectado, sino otras enfermedades. Solamente que en la actualidad la mayor emergencia está siendo vista por este virus. La confianza en esta tecnología es máxima. Incluso, se cree que puede aplicarse en la ropa o en otros lugares donde las personas dejen resto de saliva y no únicamente en las cubrebocas. Por ejemplo, en la bata médica. De esta manera, se estaría garantizando un espacio seguro para los médicos que arriesgan su vida día tras día.

y tú, ¿qué piensas acerca del uso de la tecnología para combatir el covid-19?