Las fotos de influencers que han logrado cambiar su figura radicalmente, suelen tener una gran repercusión. Especialmente, porque todos quieren conocer sus secretos.

Maggie Fierro es una de ellas. Después de su tercer parto, descubrió que su cuerpo no era el mismo que antes, aunque es algo que es algo lógico: después de la gestación de otro ser humano durante 9 meses en el propio cuerpo, esperar que este no haya cambiado parece una locura.

Pasado el posparto, y sin planes de tener más hijos por el momento, Maggie decidió dedicarse a recuperar su cuerpo, y ver la transformación que ha logrado es muy impresionante. Por eso, es motivación para muchas personas que la siguen.

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¿El hábito mágico?

Maggie contó en una ocasión uno de los hábitos que más la habían ayudado a cambiar para siempre su figura: dejar los bocadillos nocturnos.

Después de los embarazos, los “antojos” siguieron, y Maggie tenía la costumbre de ingerir una dosis extra de calorías todas las noches. Eso, sin dudas, no ayudaba para nada en mejorar su cuerpo, que se veía cada vez peor. Entonces, ella se deprimía y seguía comiendo.

Después de 3 intentos fallidos por cambiar su estilo de vida, finalmente juntó el coraje para hacerlo. Y el primer paso fue dejar esos antojos nocturnos.

¡Maravilloso! Tanto que hasta empezó a ver los primeros cambios, que la motivaron a seguir adelante. ¿Pero eso fue todo?

Nada se consigue sin esfuerzo

Hace poco Fierro decidió desmentir todas las noticias que hablaban de sus “mágicos” cambios.

“Fueron dos años, no un mes”, comienza aclarando Maggie en su cuenta, mientras denuncia que sus fotos han sido usadas para promover soluciones mágicas.

“Sí, es verdad que dejé las comidas nocturnas… ¡Pero las cambié por una sesión de ejercicio! Cualquier mamá sabe que después de acostar a tres niños, nadie tiene ganas de poner a ejercitarse, pero yo quería ese cambio y sabía que era la única manera”, dice en Instagram la influencer.

Por eso, pidió también no caer en las ideas mágicas. En realidad, los verdaderos cambios para ella se resumen en cuatro palabras:

Además, también promueve permanentemente no estar pendientes de la balanza, porque eso solo hace que te presiones todavía más, sino simplemente que hay que enfocarse en lo que a uno le hace bien.

Entonces, con paciencia y dedicación, los cambios llegarán eventualmente. Pero nunca de la noche a la mañana, y eso, más que ser desmotivador, debería ser la causa de la que sigamos esforzándonos en nuestros objetivos.

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Fuentes:

Instagram