La mayor parte de las personas tuvo dolor en el cuello alguna vez en la vida, y para muchos es un malestar frecuente. Sin embargo, no todos saben a qué se debe, y en consecuencia, cómo tratarlo.

La cervicalgia es el dolor en el cuello, acompañado generalmente por rigidez, que se presenta en cualquiera de las estructuras del cuello, incluyendo músculos, nervios, vértebras y los discos entre los huesos. No es una patología en sí, sino un síntoma que puede responder a distintos motivos.

Alrededor del 80% de la población sufre o ha sufrido de dolor de cuello y afecta a más mujeres que hombres, por lo general de ocupación sedentaria, que trabajan por lo menos 8 horas al día en el ordenador o conduciendo.

En muchos casos está acompañado de un hormigueo punzante, debilidad y dolor irradiado en los brazos, denominado cervico-braquialgia, porque las patologías que generan el dolor también causan este molesto síntoma, ya que los nervios quedan comprimidos.

La cervicalgia puede obedecer a muchas razones. Las más comunes suelen ser la tensión o la distensión muscular, que pueden generase por una mala postura o un traumatismo. Algunas personas también tensionan el cuello involuntariamente debido a un problema en las mandíbulas o a una alteración de la visión.

Esta tensión provoca bloqueos vertebrales. A su vez, los bloqueos vertebrales, si se mantienen en el tiempo, pueden generar un dolor crónico por desgaste de las vértebras conocido como artrosis cervical; o también pueden originar una hernia de disco. 

Otras causas frecuentes de tensión en el cuello son las siguientes:

En otros casos puede deberse, también, a condiciones médicas como la fibromialgia, a la rotura de discos, a pequeñas fracturas en la columna como resultado de la osteoporosis, a un esguince y a afecciones como la ostiomielitis,  disquitis, absceso y torticolis.

Cómo aliviar la cervicalgia

Cuando ya se descartaron causas graves, el dolor de cuello puede tratarse de las siguientes formas:


¿Cuándo recurrir al médico?

El dolor de cuello puede ser síntoma de otras patologías que afectan todo el cuerpo, o puede agravarse hasta tener consecuencias irreversibles. 

Si el dolor es tan fuerte que impide tocar el pecho con la barbilla, si hay fiebre o siexiste algún síntoma que pueda remitir a un ataque cardíaco, como falta de aliento, náuseas y sudoración, se debe recurrir a la guardia médica de inmediato. También hay que acudir al medico:

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