Si eres una persona con tendencia a tener ojeras, es natural que hayas probado distintos métodos para eliminarlas, con mejores o peores resultados. Pero, ¿has probado cuidar tu alimentación? Generalmente buscamos soluciones externas sin saber que muchas cosas se pueden solucionar por dentro. Por ejemplo, las ojeras.

En este caso en particular, lo que necesitas es más vitamina K. A continuación te contamos por qué funciona y cómo puedes hacer para incorporarla.

Por qué aparecen las ojeras

La piel del contorno de los ojos es cuatro veces más fina que la del resto de la cara, por lo que se transparentan más fácilmente los colores azulados de los vasos sanguíneos que hay debajo. Dependiendo el tipo de piel, el estilo de vida y las condiciones genéticas del rostro, una persona será más o menos propensa a tener ojeras.

No debes creer, entonces, que el cansancio es el único motivo por el que aparecen esas molestas manchas negras. Esa es sólo una de las causas, y aunque está muy bien que elijas descansar bien -no solo para las ojeras, sino por tu salud-, no siempre alcanza con ello.

Por qué ayuda la vitamina K a eliminar las ojeras

La vitamina K tiene, entre otros beneficios, una increíble capacidad para activar la circulación y descongestionar el rostro. También es eficiente para eliminar el enrojecimiento del rostro, y es muy usada en cosmética.

Según la Universidad de Oregon, la ingesta recomendada varía en función del género y la edad. La cantidad estimada para los varones es de 90 microgramos, mientras que para las mujeres asciende a los 120 microgramos.

En las farmacias y dietéticas puede conseguirse esta vitamina en suplementos, pero lo mejor que tiene es que no es complicado incorporarla en la alimentación habitual. Por eso, a continuación, te contamos qué alimentos puedes incorporar a la dieta para tener dosis extra de vitamina K.

Qué alimentos son ricos en vitamina K

Son las que más vitamina K contienen, y cuanto más verde sea la hoja mejor. La col rizada, el brócoli, la lechuga romana, las espinacas, el perejil, los espárragos, las endivias o el repollo son especialmente ricas en esta vitamina.

El aguacate es otro de los alimentos más ricos en vitamina K, pues contiene 21 mcg por cada 100 grs., lo cual es una concentración sumamente interesante.

Estos aceites, como el de soja u oliva, aportan cantidades similares a las de las verduras de hoja verde.

Muchas frutas tienen algo de vitamina K en su composición, pero algunas aportan cantidades más generosas de la misma. Por ejemplo, el kiwi, el arándano azul, el higo, las uvas y el plátano.

No todos los frutos secos tiene un gran aporte de vitamina K, pero algunos tienen suficiente como para que se justifique incorporarlos, por ejemplo, los piñones, los anacardos, las ciruelas secas y los pistachos.

Y a ti, ¿cómo te gusta comer estos alimentos? ¡Comparte tus recetas!

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Fuentes:

Alimente

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