Hay alrededor de 20 mil vehículos eléctricos, sustentables y silenciosos transitando las calles porteñas; se espera que sean hasta 50 mil más este año y serán aún más con el paso del tiempo.
En sintonía con esto, la Ciudad de Buenos Aires va adaptándose a esta nueva demanda, pero, más allá de los puntos de carga de la batería que están distribuidos en el territorio porteño, para los usuarios de autos eléctricos es importante tener la posibilidad de cargarlos en sus domicilios.
Cómo cargar tu auto eléctrico en casa
Hacerlo es relativamente sencillo. Por una cuestión de seguridad, para la instalación eléctrica de la casa, la gestión del consumo y el cuidado del vehículo, es necesario colocar lo que se conoce como cargador de pared, wall charger o wall connector, un dispositivo que va atornillado a la pared y que cuenta con un conector especial para enchufar al auto.
Como están pensados para el uso domiciliario, donde se espera que los coches pasen largas horas estacionados, especialmente durante la noche, estas estaciones hogareñas son de carga media-lenta, por lo que alcanzar el 100% de la batería puede demorar algunas horas, pero no más que las ocho horas diarias de descanso recomendadas habitualmente.
Las cajas de carga en las casas no requieren de autorizaciones y consumen aproximadamente lo mismo que dos aires acondicionados por mes, según estimaciones de los fabricantes. Son fáciles de comprar en Internet y los hay de fabricación nacional y, si bien los más usuales y baratos funcionan a 7,4 kW, los hay de hasta 22 kW, lo suficiente para cargar un auto pequeño en menos de 4 horas.
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Los precios son accesibles, en tanto se los compare con el valor del auto, aunque son bastante variados. Los dispositivos más baratos están aproximadamente 600 mil pesos, unos USD 400. Hay otros más caros, pero también de mayor potencia o más sofisticados, como los ABB, SCAME o Wallbox, que llegan a los cuatro millones de pesos.
En cambio, si las cajas de carga fueran importadas, a través de Temu o Amazon, por ejemplo, los precios disminuyen considerablemente: van desde los 100 euros hasta los 800, sin contar el envío. Pero, mucho cuidado: de comprarlo por esa vía, hay que asegurarse que el dispositivo sea compatible con la red eléctrica en Argentina, que no es la misma que en otros países del mundo.
Cómo cargar tu auto eléctrico en la vía pública
Las estaciones de carga en espacios públicos o privados, pero de acceso público, pueden tener más potencia que las de uso domiciliario. Esto significa que pueden completar la batería mucho más rápido, aunque la instalación de estos dispositivos no es tan sencilla.
Las estaciones de carga públicas pueden tener la misma potencia que las de uso domiciliario, pero también las hay de hasta 50 kW o, incluso 160 kW, según si funcionan con corriente alterna o continua. Con esta potencia un vehículo pequeño puede cargarse en menos de 30 minutos.
Hoy en día hay solamente 42 estaciones de carga en la Ciudad. Es poco, pero representa una inmensidad si se compara con el resto del país. Como ejemplo, en la provincia de Santa Fe hay 13 puntos de carga públicos; en Córdoba, menos de 10, y en Chubut, uno solo. Y hay provincias argentinas que no cuentan con puntos de carga públicos para autos eléctricos.
Ante la nueva demanda que se espera en los próximos meses y dado que cada vez será más usual ver en el territorio argentino autos eléctricos, los gobiernos locales empiezan a impulsar la instalación de puntos de carga públicos.
Frente a este panorama, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunció que se instalarán 400 nuevos puntos de carga en los próximos dos años, lo que significa un aumento del 1000%. Estarán en estaciones de servicio, centros comerciales, garajes y en las veredas de parques o plazas y frente a establecimientos públicos.
Queremos ser referentes en infraestructura de carga eléctrica y acompañar el desarrollo de esta industria sin emisiones contaminantes”, dijo el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, cuando anunció la medida.
Para la implementación en espacios privados de acceso público, como garajes comerciales, estaciones de servicio y centros comerciales, podrán instalarse equipos a partir de 7 kW (carga lenta) en corriente alterna, con la posibilidad de optar por cargadores de corriente continua. También se prevé la instalación en la vía pública con potencias a partir de 22 kW, tanto en corriente alterna como continua.
La iniciativa se implementará en conjunto con el sector privado: serán las empresas las encargadas de la inversión, instalación y mantenimiento de los cargadores, mientras que la Ciudad fijará los requisitos técnicos, dará los permisos y garantizará el ordenamiento urbano, así como la señalética necesaria.
En la vía pública, las estaciones de carga sólo estarán sobre la vereda de parques y plazas no emblemáticas, frente a establecimientos públicos administrados por el Gobierno porteño y frente a locales comerciales, en lugares con estacionamiento permitido las 24 horas, con un máximo de dos posiciones de carga por cuadra junto con la señalización correspondiente.
Así, la Ciudad busca fomentar el uso de vehículos eléctricos, sustentables y silenciosos. La medida se suma a la exención del pago de patentes que aplica sobre estos autos, cualquiera sea el año de radicación en Buenos Aires. Es un beneficio que alcanza a los vecinos, pero que debe ser tramitado por los fabricantes o representantes comerciales de la empresa, no por el comprador directo.
La iniciativa sustentable también alcanza al transporte público. Es así que ya están circulando en el Casco Histórico los buses eléctricos que conectan Parque Lezama con Plaza San Martín, en Retiro. Y el TramBUS, la gran apuesta de la movilidad porteña que funcionará a partir de 2026 con unidades 100% eléctricas, silenciosas y sustentables. Beneficiará a unos 50 mil usuarios diarios, al unir Nueva Pompeya con el Aeroparque Jorge Newbery y con Barrancas de Belgrano.
La iniciativa es parte del Sistema Integrado de Movilidad que prevé, entre otras
cosas, que a partir de 2027 los colectivos de la Ciudad deberán incorporar
unidades nuevas con tecnología de energía limpia, impulsados por electricidad o
GNC, y renovar las unidades antiguas con un tope de 10 años.