La cosmeticorexia es el lado oscuro de querer la piel perfecta- la cultura del bienestar y el autocuidado, si se lleva al extremo, puede derivar en un trastorno. Este término describe la obsesión por tener una piel perfecta, que a menudo lleva a las personas a comprar compulsivamente productos de belleza, excediéndose en el cuidado facial y corporal.
Qué es la cosmeticorexia
La cosmeticorexia no es simplemente un gusto por la cosmética; se trata de un patrón compulsivo de comportamiento relacionado con la apariencia física. Quienes la padecen sienten ansiedad o insatisfacción constante con su piel, lo que los impulsa a invertir grandes cantidades de dinero en cremas, tratamientos y procedimientos estéticos, sin lograr nunca la satisfacción deseada.
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Señales y síntomas
Entre los indicadores más frecuentes de cosmeticorexia se encuentran:
- Obsesión excesiva por el estado de la piel, imperfecciones o arrugas.
- Compras frecuentes y compulsivas de productos de belleza.
- Ansiedad o estrés si no se realizan rutinas de cuidado o tratamientos específicos.
- Comparación constante con estándares de belleza poco realistas difundidos en redes sociales.
Factores que favorecen la cosmeticorexia
Varios elementos de la sociedad moderna pueden contribuir a este trastorno:
- Redes sociales y exposición a imágenes idealizadas de belleza.
- Publicidad y marketing de productos cosméticos que prometen resultados “perfectos”.
- Cultura del bienestar que convierte el autocuidado en una obligación más que en un hábito saludable.
Consecuencias de la obsesión por la piel perfecta
El impacto de la cosmeticorexia va más allá de lo económico. Entre sus efectos están:
- Estrés y ansiedad crónicos.
- Problemas dermatológicos derivados del uso excesivo de productos.
- Dificultad para disfrutar de la vida cotidiana debido a la obsesión por la apariencia.
- Posible aislamiento social y baja autoestima.