El peegasm es el placer que puede terminar en urgencias se volvió tendencia en redes como una supuesta práctica de disfrute, pero detrás del fenómeno viral hay riesgos reales para la salud urinaria que los especialistas están advirtiendo.
¿Qué es el peegasm y por qué se volvió popular?
El peegasm consiste en aguantar al máximo las ganas de orinar para experimentar una sensación placentera —similar a un orgasmo— al momento de la micción.
Aunque se popularizó entre mujeres, cada vez más hombres están probando esta práctica que promete un “orgasmo diferente” sin contacto genital directo.
Según especialistas, el placer proviene de:
- La presión de la vejiga llena sobre los órganos cercanos.
- La tensión muscular alrededor de la uretra durante la retención.
- La liberación abrupta al orinar, una zona que también actúa como área erógena.
- Por qué los expertos alertan sobre sus riesgos
A pesar del atractivo viral, el peegasm puede tener consecuencias peligrosas. La retención prolongada de orina no es inocua y puede alterar el funcionamiento del sistema urinario.
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1. Infecciones urinarias recurrentes
Aguantar la orina favorece la acumulación de bacterias dentro de la vejiga, lo que aumenta el riesgo de:
- Cistitis: infecciones del tracto urinario (ITU)
- Ardor y dolor al orinar: en los hombres, estas infecciones pueden incluso inflamar la próstata y derivar en complicaciones más serias.
2. Retención urinaria aguda
El peegasm puede provocar un episodio de retención urinaria, es decir, la incapacidad de vaciar la vejiga aunque haya ganas.
Este cuadro es grave y, en algunos casos, requiere un sondaje de urgencia para evitar daños.
3. Alteraciones en la función de la vejiga
Practicarlo repetidamente puede modificar la forma en que la vejiga se contrae y se vacía:
- Puede sobreactivarla, generando urgencia urinaria.
- O puede debilitarla, dificultando la micción normal.
Ambos casos comprometen la salud urinaria a largo plazo.
Aunque el peegasm se vende como un método alternativo de placer, los especialistas recomiendan evitarlo. Ninguna experiencia sexual debe implicar retener funciones básicas del cuerpo ni poner en riesgo órganos delicados como los riñones o la vejiga.
La clave está en mantener:
- Hábitos de vida saludables
- Una sexualidad segura, libre de prácticas que comprometan la salud
- Consultas médicas ante cualquier síntoma urinario persistente
- El placer nunca debería costarte el bienestar.