El ciclo menstrual es un proceso creativo y sus efectos no solo se limitan al plano fisiológico, sino que también impacta a nivel psicológico, sexual, emocional y espiritual.

Las hormonas, aquellas sustancias segregadas por las células que influyen en otras células y cumplen funciones específicas, están en constante movimiento. El ciclo hormonal dura entre 21 y 35 días, se repite una y otra vez y suele dividirse en cuatro fases: la pre-ovulatoria, la ovulatoria, la pre-menstrual y la menstrual.

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Cada mujer vive su ciclicidad de manera única y por ello, con atención, puedes percibir las diferentes energías que transitas en cada fase, descubrir los dones y los bloqueos de cada una y reconocer los patrones que se repiten. Cultivar el autoconocimiento de tu ciclo menstrual te permitirá atender tus deseos y necesidades profundas para vivir con mayor plenitud.

Una forma de acercarte a tu ciclo es a través de cuatro arquetipos, que son modelos que representan características de las etapas del ciclo menstrual, y que te ayudarán a reconocer las distintas energías. Se trata de la doncella, la hechicera, la madre y la anciana.

LA DONCELLA

Representa la fase pre-ovulatoria y también se la asocia al arquetipo de la arquera, a la primavera y a la luna creciente. También llamada "virgen", representa energías creativas y estallidos de inspiración. Es una fase donde puedes sentirte llena de vitalidad, claridad interior, renovación y fortaleza.

Esther Hardwing, analista jungiana, explica: “Una mujer que es virgen es completa en sí misma, hace lo que hace, no por algún deseo de agradar, no para gustar o ser aprobada, ni siquiera por sí misma; no por algún deseo de obtener poder sobre otra persona, para captar su interés o su amor, sino porque lo que hace es verdad”.

LA MADRE

El arquetipo de la madre representa el momento de la ovulación y se asocia al verano, a la luna llena y a la conexión con la Madre Tierra, la fuente de vida. No refiere exclusivamente a la madre de niños, abarca a la madre de proyectos creativos y a toda manifestación en el exterior.

Puedes aprovechar esta energía para nutrir y dar forma a tus sueños y deseos, ya que las energías que circulan son de cuidado, sostén y embellecimiento de todo lo que te rodea.

LA HECHICERA

Representa la fase pre-menstrual y se asocia al otoño y a la luna menguante. Es un período de mucha intuición, introspección, y de conexión con el inconsciente, con las sombras y las heridas. La hechicera tiene la capacidad de reconocer su poder interior y transformarse. Por eso, en esta etapa puedes sentirte cansada, ansiosa o frustrada si no canalizas tus emociones y tus deseos.

LA ANCIANA

Asociada a la fase menstrual, al invierno y a la luna nueva. Es una fase de quietud y renovación, donde el cuerpo se limpia física, mental y espiritualmente a través de la sangre. La anciana te recuerda que es un período de descanso y oscuridad pero de mucha introspección, donde puedes conectar con lo más profundo de tu ser.

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Fuentes:

Miranda Gray, Luna Roja.

Mujer Cíclica