La mayoría de las personas lleva una vida muy ajetreada. y con frecuencia le cuesta encontrar el tiempo para detenerse a apreciar lo que está a su alrededor. Con el tiempo, esto puede convertirlos en individuos que no tienen el agradecimiento como uno de los valores fundamentales de su vida.

Sigue estos 10 pasos para desarrollar un mejor sentido del agradecimiento y de la humildad.

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Lleva un diario

Tienes que llevar un registro de las cosas que te suceden y que te hacen sentir agradecido con tu familia, tu trabajo, y tu vida en general. Haz una lista, tanto por la mañana como por la noche.

Algunos se fijan la meta de escribir al menos tres en cada sesión, pero si no puedes hacerlo al principio, no hay de qué preocuparse. Ve a tu ritmo y con el tiempo aprenderás a apreciar más lo que te rodea.

Practica la atención plena

La atención plena es sencillamente el acto de estar concentrado en lo que estás haciendo, todo el tiempo. Gran parte de nuestros días los pasamos corriendo de un lado al otro: hacia el trabajo, apurados para almorzar a tiempo, de vuelta a casa, etc.

El primer paso para practicarla es simplemente respirar hondo y prestar atención. Ponle atención a cada paso que das, cada escalón que subes, cada tecleada que das si trabajas en oficina.

Hacer esto te ayudará a concentrarte y a enfocarte en lo que realmente importa, y a valorar las cosas buenas que te suceden o que haces posible.

Practica el estoicismo

El estoicismo consiste en privarte de los privilegios y placeres que das por sentado en tu día a día, con la intención de valorarlos más en su ausencia.

Por ejemplo, intenta no comer tu plato favorito por una semana. La próxima vez que lo pruebes, sabrá mejor que nunca.

Búscale el lado positivo a lo que experimentas

No se trata de estar feliz y sonriente todo el tiempo, porque eso no es posible ni sostenible, pero sí puedes hacer un esfuerzo por repensar las situaciones que te rodean y darles un giro positivo. De esta manera, un error puede no ser una situación frustrante, sino una oportunidad para aprender algo nuevo.

Tampoco quiere decir que siempre tienes que buscarle el lado positivo a todo, porque a veces no hay demasiado que aprender ni la disposición para tratar de darle un giro positivo. Pero en general, puedes tratar de ejercitar tu capacidad para ver el lado bueno de las cosas que te suceden en tu día a día.

Pasa tiempo en la naturaleza

Simplemente deja el celular en casa o ponlo en silencio y tómate el tiempo de ir al parque o al jardín o a hacer deporte con tus amigos.

Es más fácil sentirnos tensos o incómodos cuando estamos encerrados dentro de cuatro paredes haciendo cosas monótonas día tras día. Es importante dar un respiro y apreciar la belleza de la naturaleza que te rodea.

Apreciación activa

Puede parecer difícil al principio, pero en realidad hay mucho más de lo que estar agradecido de lo que imaginas.

Puedes agradecer por tu taza matutina de café, o agradecer que el encargado de tu residencia siempre tenga buena disposición, o que tu proyecto marche bien.

Ten un tarro de gratitud

Toma un tarro, preferiblemente transparente, y úsalo para colocar pequeños trozos de papel en los que escribirás algo de lo que te sientas agradecido. No importa si es algo grande o pequeño, el punto es que con el tiempo verás las cosas buenas que nos rodean, y que no siempre apreciemos.

Compartir la gratitud

Ya sea con tus familiares, con tu pareja o con tus amigos, puedes tratar de establecer un pequeño ritual en el que se comparten unos con otros los momentos del día que los hicieron sentir agradecidos.

Idealmente, todos los integrantes del grupo compartirían algo nuevo con sus seres queridos y podrían alimentarse de la energía positiva de los demás. Es una práctica que promueve la creatividad, el compromiso y la gratitud.

Caminata de gratitud

Cuando camines por tu ciudad o comunidad, trata de prestar atención a todo lo que te rodea. Las interacciones entre las personas, las pequeñas buenas acciones que comparten unos con otros, etc. Concéntrate en los sentimientos de gratitud que hay en el aire, y seguro que te sentirás más calmado y relajado al final.

Escribe una carta

Escribe una carta en la que vuelques todos los sentimientos de gratitud que sientas por una persona especial de tu vida: un amigo, un maestro, un mentor, tu pareja, un hermano, tus padres, etc. El punto es que seas honesto con los sentimientos positivos que esa persona despierta en ti, y que profundices tu conexión mental con ellos.

No necesitas entregársela, con escribirlo es suficiente.

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¿Por cuál de estos ejercicios te gustaría empezar? Cuéntanos en los comentarios y comparte con tus amigos.

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