Vamos a responder la siguiente pregunta: ¿qué pasó con el gato filósofo de Schrödinger, el experimento más famoso de la física cuántica? Es un excelente ejercicio de imaginación respecto a cuestiones científicos.

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El Principio de Incertidumbre

La física clásica, bajo las premisas de Isaac Newton (1643-1727), sostenía que se podía saber con certeza todas las magnitudes de un objeto: posición, masa, velocidad, aceleración, etc. Sin embargo, esto cambia en el siglo XX.

Los trabajos de Albert Einstein, así como los estudios sobre el átomo y la física cuántica, pusieron en tela de juicio la capacidad de saber “todas las variables con exactitud”. Surge así el Principio de Incertidumbre.

El Principio de Incertidumbre establece que, para poder conocer la situación de los electrones de un átomo, se necesita iluminarlo con una energía luminosa potente, tan potente que termina desplazando los electrones.

[foto de Erwin Schrödinger] Fuente: Medico Plus

El gato filósofo de Schrödinger

Es un experimento mental, ideado por el físico austriaco-irlandés Erwin Schrödinger en el año 1935. Se trata de una excelente manera de describir el Principio de Incertidumbre. Lo describimos a continuación:

- Imaginar un gato metido dentro de una caja opaca (no se puede ver dentro).

- La caja tiene un dispositivo con una ampolla de vidrio, con un veneno volátil.

- Hay un martillo sobre la ampolla, que al caer la rompe y libera el veneno.

- El martillo ha sido conectado a un detector de partículas Alfa: al ser alcanzado por una de estas partículas el martillo.

- El martillo también forma parte de un mecanismo de la caja: al abrirla, el martillo también cae.

- Junto al detector hay un átomo radiactivo, con 50% de probabilidades de emitir una partícula Alfa.

- Al cabo de una hora, puede haber ocurrido dos cosas: 1) la partícula Alfa fue emitida y el gato murió; 2) la partícula Alfa no fue emitida y el gato sigue vivo.

- Para saber con certeza lo que sucede dentro de la caja, hay que abrirla. Pero al abrirla, el mecanismo del martillo se activa y cae sobre la ampolla, matando al gato.

De lo anterior, se deduce que no se puede saber con certeza en qué situación está el felino. Si se interviene para “saber con certeza”, se altera el resultado. Entonces, solo sabe que hay 50% de posibilidades de que esté “vivo o muerto”.

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¿Qué nos demuestras el gato filósofo de Schrödinger? Pues, que no se puede tener certeza de las cosas (solo probabilidades). También, que al intervenir para observar ocurre que esa “observación” influye en el resultado.

Fuente:

LA NACION