Varias circunstancias pueden hacer que pierdas los estribos y te descontroles, sin embargo, aprender a controlarte es un ejercicio diario. Así cómo un músculo, la capacidad de mantenerte en calma se crea a través de un esfuerzo constante.

Para poder entender mejor cómo controlarte, debemos partir por el concepto. Para la psicología el autocontrol se define como “Capacidad de la persona de dominar, seleccionar, coordinar o inhibir los afectos, deseos o pulsiones a fin de que la conducta no perjudique el logro de una o más metas consideradas sumamente deseables” (Galimberti, 2002).

En otras palabras, se puede decir que una persona tiene un alto nivel de autocontrol cuando logra desplegar conductas que están alineadas con sus metas a pesar de que la situación pueda generar emociones, deseos o impulsos con alta intensidad. Como ya sabes, la mayoría de nuestras actitudes y comportamientos se van forjando desde nuestra niñez, por lo que si en tu infancia no hubo una guía de como desarrollar autocontrol, es muy probable que en tu adultez estés teniendo dificultades con esta cualidad.

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Mujer meditando en bosque

No te preocupes, nunca es tarde para empezar a cambiar. Por lo que te comparto cuatro simples maneras de ejercitar y fortalecer tu nivel de control de ti mismo.

1. Identifica patrones: Esta es la clave para cambiar en más de un área de nuestras vidas. Los seres humanos somos criaturas de rutinas, por lo que tendemos a caer en lo mismo una y otra vez. Esas situaciones que te hacen descontrolar deben tener algo en común. Aprende a identificarlos y así podrás saber en qué situaciones eres más propenso (a) y empezar a corregirlo

2. Escucha a tu cuerpo: la mente y el cuerpo son uno, si te cuesta identificar tus emociones, o sólo las sientes cuando te sobrepasan, entonces acude a las señales que te da tu cuerpo. Pueden ser desde cosas sencillas como tensión en los hombros, hasta sudoración o taquicardia. Esta es la forma que tiene tu cuerpo de indicarte que lo que estás experimentando no es del todo de tu agrado.

meditar

3. Restríngete: una de las formas más útiles de generar autocontrol es a través de la restricción. Por ejemplo, si tomas 3 tazas de café al día, empieza por no terminarte una, aunque tengas muchas ganas y la costumbre te quiera arrastrar a esos patrones. Otra opción es restringir la comodidad. Si sueles quedarte en la cama después de que suena tu alarma, motívate a levantarte cuando suene tu reloj. Acciones como estas te ayudarán a recordar que tú tienes el poder sobre ti mismo (a), nadie más.

4. Cuestiona tus pensamientos: Esta puede ser la técnica más extraña de todas las que te propongo aquí. Y es normal que te parezca algo inusual ya que estoy casi segura que no la has aplicado antes. Si tiendes a pensar que todo lo que está en tu mente es verdad, déjame acercarte un poco a la realidad, NO. De hecho, gran parte de lo que pensamos que va a ocurrir no llega a pasar jamás.

Entonces, al aprender a cuestionarte podrás ayudarte a que esas situaciones que te molestan no lleguen a desequilibrarte. Te pongo un ejemplo: Si estas pensando que X persona está intentando provocarte para que te enojes, pregúntate: ¿Qué evidencia tengo?, después ¿Puede ser que sus intensiones sean otras mejores?, y finalmente ¿Qué puedo hacer diferente?

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Espero que estas técnicas te ayuden a conocerte y controlarte mejor. ¡Cuéntame como te va al ponerlas en práctica! Y si quieres profundizar con este tipo de temáticas visita mi página web para que descubras cómo te puedo ayudar. También te recomiendo que navegues por el resto de mis artículos. ¡Nos vemos la próxima entrega!