Generalmente, para conseguir un cambio de conducta que nos acerque a nuestros objetivos, se habla de hábitos. Básicamente, un hábito es la repetición de una conducta hasta que se vuelve automática, y ya no depende de nuestra mente consciente.

El problema en muchas cosas es la cantidad de tiempo (y voluntad) que toma formar un hábito. Es decir, la dificultad en el proceso de automatizar un comportamiento.

La hipnosis aparece como un alternativa para acelerar la automatización de comportamientos. Eso no quiere decir que es una solución mágica, ni mucho menos.

Pero cuando logramos realizar acciones de forma automática, es porque han llegado al subconsciente. Es decir, que no es nuestra mente consciente la que se ocupa de esos comportamientos, y por eso podemos hacerlos “sin darnos cuenta”.

  • La hipnosis es una especie de “atajo”, para llegar al subconsciente de manera más rápida y directa. Pero la autohipnosis es todavía más eficiente, pues en ese caso la persona tiene el total control sobre lo que quiere hacer, pero lo ejecuta de tal manera que tiene la sensación de no hacerlo de forma voluntaria. 

Por eso, saber practicar la autohipnosis puede ser una gran manera de conseguir finalmente esos objetivos que tanto deseas. Estos son los tres pasos a seguir para una autohipnosis efectiva.

1. Preparación

Autohipnosis

En primer lugar, debes buscar un lugar en el que estés cómodo y tranquilo. Ve a un lugar de la casa donde puedas estar solo un rato, sin que nadie te moleste y, en lo posible, sin sonidos del exterior.

Apaga el móvil o déjalo fuera de la habitación. No debe haber nada que interrumpa el proceso.

Puedes hacer la autohipnosis sentado o acostado, aunque quizá acostado tengas más posibilidades de quedarte dormido. Como sea, es importante que tu cuerpo esté flojo y distendido.

Una vez estés bien ubicado y dispuesto, y antes de arrancar, lo que debes hacer es focalizar muy bien tus objetivos. ¿Qué es lo que quieres lograr con la autohipnosis? Piénsalo bien y ponte una premisa clara antes de empezar.

2. Entrar en trance

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Lo primero que debes hacer es intentar dejar tu mente vacía de pensamientos. Si eres de meditar, estarás acostumbrado a hacerlo. Si te cuesta más, puedes usar la técnica de fijación.

Esta consiste en fijar nuestra mirada en un punto ligeramente por encima de nuestros ojos, provocar progresivamente un desenfoque de nuestra mirada, hasta que los párpados pesen y se cierren.

Una vez hecho esto, ayudará que te concentres en la respiración. Para la autohipnosis, la técnica de respiración recomendada es de 4 tiempos: aspirar-retener-exhalar-vacío. Ten en cuenta que debes mantener los mismos tiempos en cada fase.

Cuando estés sumamente relajado, empieza con el tercer paso: la visualización.

3. Visualización

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Idealmente, haz una cuenta regresiva desde 10, donde cada número sea una acción que te sumerja en tu escena. Puede ser una escalera que te lleva a algún lugar, donde escalón tiene un número, por ejemplo.

Lo ideal es que te visualices en un lugar en el que te sientas tranquilo. Caminando en el bosque, nadando en un mar tranquilo, o donde te sientas cómodo. Recuerda que debes visualizarte con la mayor claridad posible. Puedes empezar por un sentido a la vez: primero concentrarte en lo que ves, luego agregarle sonido, después sensaciones…

Para acentuar el proceso, puedes narrar en presente lo que estás viviendo. Cómo te sientes.

  • Una vez que estés totalmente inmerso en la visualización, empieza a repetir los objetivos que te planteaste al comienzo. Nunca debes hacer enunciados negativos: mejor usa siempre frases positivas.

Cuando te sientas listo, prepárate para salir del estado hipnótico. Para ello, es ideal que visualices una puerta, y la vayas abriendo lentamente. Imagina que por ella entra mucha luz blanca. En ese momento, tus ojos deberían abrirse naturalmente.

Si no funciona, haz una cuenta regresiva de 10 a 1, repitiéndote que cuando termines te despertarás.

Consejos

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Lo fundamental es que lo hagas con plena confianza en el resultado. Si haces las cosas a la mitad, no servirá de nada: procura poner en ello el 100% de tus energías.

Si ves que te resulta difícil, puedes usar factores externos, como música o grabaciones especialmente diseñadas para entrar en trance hipnótico.

Si lo crees conveniente, puedes recurrir a un profesional la primera vez, para que te dé algunas técnicas que luego replicar solo.