En México, desde el 31 de octubre hasta el 2 de noviembre se conoce por ser de pura celebración: Mucho pan de muerto, decoraciones, desfiles, entre otros. Pero el motivo de estas fiestas en el país es doble. Por un lado, se encuentra el famoso Día de Muertos, provenientes de festividades precolombinas de la cosecha y su sincretismo con el Día de Todos los Santos católico. Al otro, se encuentra el controversial Halloween, consecuencia del desarrollo histórico del Samhain. Este último encierra la leyenda de Jack O’Lantern, el hombre que engañó dos veces al diablo.
Tallar rostros en frutas
Los orígenes de Jack O’Lantern son diversos y pueden causar confusión. La creencia viene de los antiguos celtas quienes comenzaron la tradición del tallado de rostros en frutas, tubérculos y verduras. Se dice que realizaban esta actividad debido a su culto guerrero a las cabezas.

La tradición era visible en Samhain, su celebración de la cosecha, cuando colocaban carbón encendido dentro de cada uno de estos alimentos. El objetivo de lo mencionado anteriormente era alejar a los malos espíritus.
¿Y el nombre de Jack O’ Lantern?
Puede localizarse de dos maneras. La primera asociada al siglo XVII cuando el pueblo inglés hablaba de los fuegos fatuos. Por otro lado, la segunda se relaciona con la tradición irlandesa y sus relatos de Jack el herrero o el Avaro.
Se relata que su pecado, su fama de hacer trampa y su mezquindad, llegaron a oídos de Satanás, quien deseaba conocerlo. Un día, Satanás se le manifestó como una persona tirada en el camino. Cuando Jack intentó verle el rostro al cadáver, vio al demonio diciéndole que era el momento de que su alma fuera al infierno.
Éste le solicitó un último deseo para disfrutar de una buena comida y emborracharse. A Satanás le resultó una idea atractiva para conocer al famoso personaje y se dirigieron a la tasca más próxima. En esta bebieron y comieron hasta saciarse, pero al momento de pagar Jack afirmó no tener dinero y le dijo al demonio que debía pagar.
Por obvias razones, Satán no cargaba efectivo, así que Jack le sugirió que se convirtiera en una moneda de plata. De esta forma pagarían y, al regresar a su forma original los taberneros serían engañados. Pero, cuando el demonio se transformó, Jack se reservó la moneda en el bolsillo junto a un crucifijo de plata, impidiendo la segunda transformación. Con esto, se establecieron otras condiciones para liberar al demonio: 10 años más de vida; Satán aceptó.
Deambular por las sombras del mundo
Una vez se cumplió el plazo, Satán regresó a casa de Jack, quien se dirigía a su jardín. Al darse cuenta de que había llegado su hora, éste pidió nuevamente un último deseo, pero más modesto: Una manzana de su árbol. Satanás dudó que pudiera verse comprometido, así que subió al árbol, pero su sorpresa fue al darse cuenta de que no podía bajar. Abajo, Jack talló rápidamente una cruz en el tronco.
Así engañó dos veces a Satanás y sucedió nuevamente una negociación. En esta, el ladrón solicitó dos cosas: Una muerte de forma natural en otro tiempo y que el demonio prometiera que su alma no iría al infierno. Este aceptó, sospechosamente con gusto en esta ocasión.
Años después, Jack murió de forma natural, pero al subir al cielo su ingreso fue rechazado. Al no poder entrar al infierno, su alma quedó destinada a deambular por las sombras del mundo.
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