En Hollister, California, un grupo de estudiantes hizo saber claramente su opinión sobre la decisión que tomó la dirección de mandar casa a 50 estudiantes femeninas, que aseguraba que estaban rompiendo el código de vestimenta. Lo cierto es que estas mujeres no hicieron más que usar tops que mostraban sus hombros.

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En un acto de apoyo, un grupo de chicos decidió ayudarlas usando tops similares, ya que injustamente la misma regla no se aplica a los estudiantes masculinos. El instituto aseguró que esta regla siempre ha sido mantenida, pero otro estudiante desmintió su declaración usando como prueba fotos de promociones anteriores, que muestran claramente a estudiantes usando tops sin hombros y vestimentas similares.

Además, según el esta es la única situación en la que el código de vestimenta ha sido aplicado tan estrictamente.

La dirección afirma que el código existe para proteger a sus estudiantes, pero una de ellas hace una pregunta muy importante: ¿Protegerlas de qué? Decir que cubrirse de pies a cabeza es como decir que si fueran atacadas, sería por su propia culpa.

En tal caso, la culpa no caería sobre los hombros de la víctima. Dice otro estudiante, “Las mujeres merecen ser tratadas con respeto, y eso implica respetar su libertad de expresión y respetar su dignidad individual”.

Siguiendo los reclamos y las protestas de sus alumnos, la dirección afirmó que se ha tomado la decisión de reconsiderar su código de vestimenta, para que sea más equitativo entre sus estudiantes, tanto hombres como mujeres.

Este caso recuerda al de una escuela de Reino Unido en la cuál los niños fueron vestidos con falda, esa vez, para reclamar que el uniforme masculino no admitía una variante para los días calurosos. Al parecer, las generaciones jóvenes tienen algo en claro: si va a haber reglas, han de ser iguales para todos.