La exposición a la luz solar tiene múltiples beneficios, tanto anímicos como físicos. Sin embargo, el debilitamiento de la capa de ozono, que nos protege de los rayos ultravioleta, hace que los cuidados deban intensificarse. Sigue leyendo para aprender cómo hacerlo de manera natural.

Los beneficios de estar al sol

El principal beneficio de estar al sol es la producción de vitamina D, que ayuda a la absorción del calcio y fosfato, minerales esenciales para los huesos. La deficiencia de esta vitamina puede producir raquitismo en los niños y osteoporosis en los adultos.

La exposición a la luz solar también favorece el buen funcionamiento del sistema inmunológico, mejora las infecciones respiratorias y fortalece la constitución muscular. Al mismo tiempo, estimula los neurotransmisores que controlan el estado del ánimo. Es por ello que es un tratamiento efectivo para combatir los síntomas de la depresión.

El protector solar evita o disminuye las quemaduras ocasionadas por la exposición al sol. Lo más dañino para la piel es la radiación ultravioleta. Existen dos tipos de estos rayos. Los UVB son más fuertes entre las 10:00 y las 16:00, horario en el cual se debería evitar tomar sol, incluso con protección. Los UVA son altos durante todo el día y en cualquier época del año.

Estas opciones naturales te ayudarán a cuidarte, aunque por sí mismas no serán suficientes para todo un día al aire libre:

- Aceite de coco
- Aceite de semillas de zanahoria
- Aceite de semillas de frambuesa
- Aceite de aguacate
- Aceite de soja
- Manteca de karité
- Aceite de sésamo
- Aceite de germen de trigo
- Aceite de maní
- Aceite de cáñamo

Para una protección más duradera, deberás juntar cualquiera de estos aceites con óxido de zinc. De la cantidad que agregues, dependerá el factor del producto final. Ten la precaución de colocarte una máscara para trabajar con este material, ya que su inhalación puede ser peligrosa.

Ingredientes:
- 2 cucharadas de aceites (puedes combinar cualquier de los anteriores)
- 30 gr de cera de abeja
- 30 gr de manteca (de karité, de mango o cacao, puedes mezclar cualquiera de estas variedades)
- 1 cucharadita de aceite de germen de trigo
- 10 gr de óxido de zinc en polvo (obtendrás un factor 10-12 con esta cantidad)
- 30 gotas de aceites esenciales (opcional)

Preparación
1. Derrite los aceites (no los esenciales ni el de germen de trigo), la cera de abeja y la mantequilla a baño María.

2. Deja que la mezcla se enfríe antes de agregar el aceite de germen de trigo, el óxido de zinc y los aceites esenciales. Revuelve hasta que el óxido de zinc se disuelva.

3. Coloca el preparado en un recipiente con dispensador. Al enfriarse, se solidificará.