No siempre las relaciones son tan armónicas como se ven en las fotografías. Ni al interior de una familia, ni en una pareja, ni entre amigos, ni tampoco hacia dentro de nosotros mismos. Nada es perfecto y aquello que se nos presenta como "LA felicidad" (con mayúscula) no es más que un estado que mucho tiene que ver con lo que nos dicen los demás que es.

Buscar la felicidad más verdadera, la propia, la real, es un trabajo de todos los días. ¡Y no siempre sale bien! Pero es parte del aprendizaje.

En esta nota quiero compartir contigo 5 pasos que puedes practicar si quieres que una relación (de cualquier tipo) mejore. Pero recuerda; no debes intentar forzar nunca las cosas. Si no se da todo como quisieras, lo que debes trabajar entonces será la aceptación.

[También te puede interesar: Test de personalidad: ¿Qué familia es más feliz? Tu respuesta te dirá exactamente cómo ves el mundo]

[También te puede interesar: El “síndrome del niño rico”: un síndrome causado por los padres]

1. Cuídala

Nada se mantiene "por arte de magia". Las relaciones se trabajan, se cultivan, se conversan, se lloran, se abrazan. Ésa es la mejor forma de cuidarlas. Estar presentes, hacerle saber al otro lo que significa para ti ese vínculo, y poner parte de su energía para su sanación.

2. Exprésate pero también escucha

La comunicación, en cualquier tipo de relación, es una clave fundamental. Si quieres que las cosas mejoren, entonces deberás expresarte, abrir tu corazón, sincerarte (primero contigo)y decir lo que sientes. Pero también debes aprender a hacer silencio y escuchar, sin interpretar ni juzgar al otro por lo que pueda expresar. Desarrollar la empatía y el respeto es un trabajo fundamental para que las cosas funcionen bien.

3. No te tomes todo como algo personal

No eres el centro del mundo. Cada cual tiene su historia, sus posibilidades, tiempos y limitaciones. No todo tiene que ver contigo; muchas veces las relaciones no funcionan porque cada cual tiene sus propios conflictos y eso genera "ruido" entre ambos. Por eso, no dejes que el ego te haga reaccionar frente a cada cosa como si fuera contra ti.

4. Respeta el espacio del otro

Si la otra persona no quiere verte o hablar contigo, respétalo. Necesitamos valorar más el silencio no querer constantemente aplacarlo. Hay una escucha que solo sucede cuando estamos callados, cuando nos damos el lugar para sentir el vacío en lugar de intentar llenarlo inmediatamente. Respeta esos espacios, son sagrados, sobre todo si hay un proceso de sanación.

5. Tómate el tiempo para pensar qué es lo que el otro te refleja de ti mismo

Por último, si hay algún problema en una relación, primero debes tomarte el tiempo para pensar en ti. ¿Qué es lo que el otro te refleja? Posiblemente aquello que más te moleste sea algo que profundamente te irrita de ti. Sin el objetivo de juzgarte, pero sí con el de tomarlo como un aprendizaje, obsérvalo para poder desarmarlo y no "cargar" al otro con algo que, en verdad, es tuyo.