Pedro Zuazua Gil es un convertido más. Escritor español, hace algunos años estaba seguro que no compartiría su vida y su piso con ningún gato. Que jamás dejaría a uno entrar a su casa.

Pero quienes hayan tenido un gato alguna vez sabrán que ellos son expertos en hacernos cambiar de opinión. Y así, entre la insistencia de sus amigos y el carisma de Mía, la gatita bicolor que se ganó su corazón, hoy tiene un libro sobre la locura de ser un “gatuno primerizo”.

Es más: mía es toda una gatita influencer en Instagram, con unos cuantos miles de seguidores en Instagram y contando.

¿Se puede cambiar tanto de opinión tan rápido? Pues Pedro demuestra que la capacidad de los gatos y las mascotas en general para ganarse nuestro corazón y cambiar nuestra vida es casi infinita.

Una vida distinta

Si hay que decir la verdad, una mascota cambia completamente la vida y los hábitos de uno. Para Pedro, Mía lo “ha cambiado todo”.

“No puedo viajar con la tranquilidad que lo hacía antes. Si alguien pasa a verlos se pueden quedar solos, pero es una cuestión moral, si tengo un gato no es para dejarlo solo todo el tiempo. Además de sentirte mal, ella te castiga. Cuando vuelva mañana a Madrid se tumbará encima mío pero mirando a la televisión, no a mí”, relata.

Además, como bien dice, también te obliga a ser consciente “de los peligros que hay en una casa y que tú no sabías que podía haber”.

Los gatos están por todos lados, son los dueños indiscutidos de la casa y, a diferencia de sus colegas perros, no hacen demasiado caso a las indicaciones de sus amos. Sin embargo, sí que se puede disfrutar de su compañía.

Y también les diría [a quienes tengan un gato] que los disfruten. Son peculiares, caprichosos y egoístas, pero muy simpáticos y elegantísimos. Están constantemente pensando maldades, pero son muy graciosos. Ahora cuando llego a casa me hace ilusión porque hay alguien que me está disfrutando."


¿Y a los que todavía no se convirtieron?

Pedro se considera, ahora que ya tiene gato, un “evangelizador responsable”. Rompe el pacto tácito que hay entre los amantes de los gatos (que tienden a contar sólo las bondades de tener uno), y se anima a decir también las cosas que a veces pueden ser difíciles.

“Los gatos son muy puñeteros, te arañan los sofás, te tiran las cosas, se suben a la vitrocerámica y te la encienden, te rasgan las cortinas, te despiertan 10 minutos antes de que suene el despertador… pero lo hacen con tanta gracia…”.

No es cuestión de convencer a cualquiera de tener un gato, pero asegura que una mascota convierte “la casa en un hogar”.

Al final, el mensaje de Pedro a todos aquellos que estén pensando en tener un gato es sencillo:

Sepan que un gato no es un juguete, hay que cuidarlo y tratarlo bien, que tenga unas condiciones de vida buenas. Y hay que adoptar, no hace falta comprar un animal para tenerlo, hay muchos sin hogar”

¿Tienes un gato en casa? ¿Qué opinas de ellos?

Fuentes:

La Vanguardia