Es escena común llegar a una oficina y ver dos escenas, gente con mucho calor, y gente con mucho frío, no importa la estación del año, esta es una escena recurrente.

Puede parecernos algo común, el problema es que un estudio reciente ha determinado que por sus condiciones biológicas, las mujeres necesitan 3°C más. ¿Qué significa eso? Que si la refrigeración se ajusta a quienes sienten más calor... se está favoreciendo a los varones.

[También te puede interesar: ¿Más inteligente que un humano? Este pez hizo algo que ninguno en su especie logró antes]

¿Qué dice la ciencia?

Preocupados por los efectos de la temperatura y la luz que nos rodea en los espacios cerrados y cómo estas pueden afectarnos, investigadores de Anna University (India) encontraron en una investigación realizada en 2014 que el efecto de la temperatura y la iluminación tienen un efecto significativo en el rendimiento de los trabajadores de oficina.

De acuerdo a esta investigación, el efecto de la temperatura ambiente interior tiene más influencias que el efecto de la iluminación. El efecto de la temperatura interior tiene un 38.56% de contribución en el rendimiento. Determinaron que los niveles óptimos de temperatura interior a 21 °C y la iluminación a 1000 lux han mejorado el rendimiento laboral y la salud de los trabajadores de oficina.

Más resultados

Las investigaciones relacionadas continuaron y en 2015, un estudio relacionado por Nature Climate Change reiteró que el consumo de energía de edificios residenciales y oficinas representa aproximadamente el 30% de las emisiones totales de dióxido de carbono; y el comportamiento de los ocupantes contribuye al 80% de la variación en el consumo de energía.

Esta investigación dejó ver los siguientes resultados: La variación total en el consumo de energía del edificio que se explica por el comportamiento de los ocupantes incluye operar el termostato, las ventanas o el sistema de aire acondicionado. En general, las mujeres prefieren una temperatura ambiente más alta que los hombres en el hogar y en la oficina, y los valores medios pueden diferir tanto como 3 K (hombres: 22°C versus mujeres: 25 °C).

Con estos resultados, los expertos argumentan que los estándares metabólicos actuales deberían ajustarse al incluir los valores reales para las mujeres a fin de reducir el sesgo de discriminación por género en las predicciones de confort térmico y, en consecuencia, reducir el sesgo de predicción en el consumo de energía acumulada.

¿Serán ajustados prontos estos estándares? Esperemos que sí.

Fuentes:

Journal of Environmental Health Science & Engineering

Nature Climate Change