Una campaña en línea ha recaudado más de 20.000 dólares para alzar una estatua en Noruega para Freya, la célebre morsa que fue sacrificada por funcionarios noruegos el fin de semana pasdo.

La morsa atrajo la atención mundial después de que la vieran tomando el sol en el fiordo de Oslo, atrayendo a grandes multitudes ansiosas por ver al mamífero marino de 600 kilogramos.

Freya fue sacrificada el domingo después de que los funcionarios dijeron que mostraba signos de estrés y temían que fuera una amenaza para el público, que no mantuvo distancia prudente del animal.

Este miércoles, una campaña en línea ya había recaudado 210.000 coronas noruegas (21.600 dólares) para construir una estatua en honor de la joven morsa. El organizador de la campaña dijo que la estatua debería servir como un recordatorio para que las generaciones futuras protejan a los animales.

"El sacrificio de Freya envía el mensaje extremadamente negativo de que Noruega, y en particular Oslo, no pueden dejar espacio para los animales salvajes", dijo Erik Holm en el sitio web de recaudación de fondos Spleis.no.

"Al erigir una estatua del símbolo en el que Freya se ha convertido en tan poco tiempo, nos recordaremos a nosotros mismos (y a las generaciones venideras) que no podemos ni debemos matar o borrar la naturaleza cuando está en nuestro camino".

La morsa errante que cobró fama

Freya, de unos cinco años, ya había sido vista en Reino Unido, Holanda, Dinamarca y Suecia y optó por pasar parte del verano en Noruega. Había sido noticia desde el 17 de julio cuando fue vista por primera vez en las aguas de la capital noruega.

La morsa es una especie protegida que normalmente vive en las latitudes aún más septentrionales del Ártico.

Entre largas siestas al sol (una morsa puede dormir hasta 20 horas al día), se filmó a Freya persiguiendo a un pato, atacando a un cisne y dormitando en botes que luchaban por sostener su peso.

Polémica por sacrificio de Freya

A pesar de los repetidos llamamientos, los curiosos continuaron acercándose al mamífero, a veces con niños a cuestas, para tomar fotografías. Las morsas normalmente no se comportan agresivamente con los humanos, pero pueden sentirse amenazadas por intrusos y atacar.

Los críticos dijeron que la decisión de sacrificar al animal fue apresurada y no tuvo en cuenta su bienestar.

Las autoridades dijeron que sedar a Freya y trasladarla a un área menos poblada hubiera sido una operación demasiado compleja.