Por Camila Nobile*

En el momento en el que decidimos ir mas allá de nuestro signo solar, y comenzamos a transitar los fascinantes caminos que la astrología tiene para ofrecernos, un nuevo y esclarecedor abanico de posibilidades se presenta ante nosotros. Esto nos invita a salirnos de su estereotipado rol predictivo, y poco a poco empezar a teñirnos de la magia y utilidad de su conocimiento ancestral como herramienta de autoconocimiento y conexión con el todo.

Es imposible evitar el entusiasmo, y la curiosidad por zambullirnos en el estudio de nuestra carta natal, y la de las personas que nos rodean. Pero no cabe duda de que, al principio, tanta información puede ser confusa y abrumadora, por eso siempre se aconseja ir trabajando el mandala zodiacal por partes, respetando nuestros tiempos y procesos.

[También te puede interesar: Astrología ancestral: cómo eres y cuál es tu misión según el horóscopo egipcio]

Cuando me preguntan en que aspecto hay que concentrarse primero para adentrarse en el trabajo interno, les recomiendo que utilicen a la luna como punto de partida. Este maravilloso satélite se mueve rápidamente, pasando entre dos y tres días en cada signo. Su ciclo comienza con la luna nueva, finaliza con la luna llena y tiene una duración total de 28 días.

Por qué el signo lunar es tan importante

En nuestra carta astral, la luna tiene un rol clave y fundamental. Su posición nos habla mucho del funcionamiento de nuestro mundo interior, de nuestro aspecto más íntimo y emocional. Además, representa la percepción que tuvimos de nuestro primer y principal vínculo afectivo, el que creamos con nuestra madre, el cual estableció muchas de las bases para lo que hoy en día es nuestro estilo amoroso.

Nuestras reacciones más automáticas e instintivas también están regidas por la posición y los aspectos que esta recibió en el momento de nuestro nacimiento. Entonces, mientras el Sol marca nuestro brillo externo, nuestra identidad y energía, la luna determina nuestras sensaciones y sentimientos más íntimos.

Ritual para la segunda luna llena en libra

Conocer nuestro signo lunar es realmente una experiencia muy nutritiva. Nos brinda la oportunidad de entender el contexto sensitivo en el cual vivimos inmersos y de ponernos en contacto con nuestras verdaderas necesidades, para así poder tener un criterio mucho más claro y asertivo de lo que esencialmente precisamos para alcanzar nuestro bienestar interior. Para poder desarrollar otros aspectos de nuestro mandala, y explotar nuestro potencial, infaliblemente primero hay que trabajar en profundidad nuestro núcleo.

Cuáles son los signos lunares

Hay doce signos en la rueda zodiacal, por lo tanto, hay doce posibles signos lunares bajo los cuales pudimos haber nacido. Si nacemos con la luna en Aries, Leo o Sagitario, nuestro elemento lunar es fuego; si lo hacemos con la luna en Geminis, Libra o Acuario, es aire. En cambio, si nacemos con la luna en Tauro, Virgo o Capricornio es tierra. Por ultimo, si lo hacemos con la luna en Cáncer, Escorpio o Piscis, es agua.

Cáncer es el signo que está regido por ella, por lo tanto, decimos que una luna en esta posición, está en "residencia". Por otro lado, como Capricornio es el signo más lejano a este, cuando la luna se encuentra allí decimos que esta en "exilio".

Tauro también es un emplazamiento muy cómodo, por lo que se dice que la luna en este signo se encuentra en "exaltación", mientras que en Escorpio se encuentra en "caída". Por supuesto, nada de esto es literal, y todas tienen su encanto, lecciones y aspectos a trabajar.

Incursionar en cada uno de los signos lunares siempre resulta muy enriquecedor, más aún ahora que el Sol entra en Cáncer, y estamos cada vez más próximos al eclipse que se va a dar en su signo.

* Soy astrologa, y una eterna estudiante de lo que nos rodea. Los invito a mi página @DiwaliCosmica para seguir compartiendo y descubriendo este universo juntos.