Alertan presencia de químicos en 8 de cada 10 alimentos- un estudio europeo detectó compuestos peligrosos en carnes, cereales y productos para bebés.

Una reciente investigación del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) encendió las alarmas: 8 de cada 10 alimentos de consumo habitual contienen restos de sustancias químicas nocivas, especialmente provenientes de materiales plásticos usados en envases y tapas.

El hallazgo más preocupante recae sobre los niños pequeños y recién nacidos, que presentan una exposición diaria muy por encima de lo recomendable debido a su bajo peso corporal y dieta específica.

Qué encontraron en los productos analizados

Se analizaron 109 tipos de alimentos en España: lácteos, carnes, legumbres, cereales, dulces y comida infantil. El resultado: más de 20 compuestos plastificantes, incluyendo derivados de ftalatos, fueron detectados incluso en productos envasados en vidrio, probablemente por los recubrimientos internos de las tapas.

Niños: los más afectados por estos residuos

El informe señala que, mientras en adultos los niveles de exposición no superan los límites establecidos, en niños de 1 a 3 años y bebés lactantes, las concentraciones registradas duplican y hasta cuadruplican el máximo permitido. Esto eleva el riesgo de efectos acumulativos en su desarrollo neurológico y hormonal.

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vinagre
El 85 % de los alimentos analizados contenía plastificantes que migran desde envases. Expertos advierten sobre los riesgos en la salud infantil.

Qué alimentos presentan mayor riesgo

Los productos más contaminados fueron:

  • Carnes procesadas y frescas
  • Cereales industrializados
  • Legumbres enlatadas
  • Dulces y snacks infantiles

Los investigadores recomiendan evitar calentar comida en envases plásticos, ya que el calor puede multiplicar por 50 la migración de químicos a los alimentos.

Cómo reducir la exposición

  1. Usar envases de vidrio sin recubrimiento o cerámica para conservar o calentar comidas
  2. Evitar plásticos en microondas y hornos
  3. Elegir productos frescos o a granel para reducir el contacto con materiales contaminantes
  4. El vacío legal que permite su consumo

La legislación europea solo regula la migración de estos químicos desde el envase, pero no impone límites sobre su presencia en el alimento en sí. Por eso, los expertos reclaman una regulación más estricta, especialmente para proteger a los más vulnerables.

“Lo invisible también contamina. Es momento de repensar qué ponemos en la mesa”, concluyen los autores del informe.