En general todos aseguramos que nos interesa comer de forma saludable. Sin embargo, vivimos poniendo excusas para evitarlo.

Posiblemente, esto tiene que ver con que comer mal trae más gratificaciones momentáneas que hacerlo de forma saludable. Sin embargo, a largo plazo comer bien es lo mejor que podemos hacer, no solo por nuestra figura sino (y principalmente) por la salud.

Así que este es el momento perfecto para acabar con las excusas de una vez y a estas, que son las tres más comunes, vamos a enterrarlas para siempre.

1. Comer sano es muy caro

La idea de que comer sano es muy caro en realidad aparece por confundir qué es lo sano. Muchas veces pretendemos incorporar la hierba más exótica a nuestras comidas por sus propiedades curativas, y comer todo el año cierto vegetal que solo se cultiva en septiembre.

Entonces sí, gastamos mucho dinero. Pero no necesariamente estamos teniendo una alimentación sana, y mucho menos, inteligente.

Lo más importante para comer bien es: priorizar el consumo de frutas y verduras, comer grasas de calidad y fuentes proteicas saludables. Si nuestra dieta tiene esas tres cosas, será saludable.

¿Cómo comer sano de forma barata? Estas son algunas ideas:

Compra siempre fruta y verdura de estación

Es más barata y, además, suele tener justamente las propiedades nutricionales que necesitamos en ese momento del año.

Compra a productores locales
Es una forma de abaratar costos y de ayudar a la economía de tu lugar.

Más legumbres

Las legumbres son una forma barata y rendidora de incorporar proteína saludable. Además, son tan versátiles que puedes hacer decenas de platos con ellas.

Aceite de oliva

Apenas cambiando el aceite de girasol por el de oliva ya estás haciendo un enorme cambio en tu dieta de forma sencilla y no tan cara.

Deja de comer mal por una semana

Haz la prueba de, por una semana, dejar de comprar aquellas cosas que no hacen bien (golosinas, gaseosas, comida chatarra) y cambia la compra por una más saludable. Hacia el final de la semana haz la cuenta: ¿Has gastado más o menos?

2. No sé cocinar ni tengo tiempo

Muchas personas creen que es necesario ser un cocinero experto para poder comer de forma saludable, pero eso no es cierto. Mucho menos ahora, que la tecnología del hogar ha avanzado tanto. ¡Entre el freezer y el microondas tenemos la vida solucionada!

La clave, dijimos, es incorporar frutas y verduras a la dieta. Las frutas sólo hay que lavarlas. ¡No es tan difícil!

En cuanto a la verduras, no es tan complicado hacer una ensalada o un revuelto. Si quieres ganar tiempo, estas ideas pueden ayudarte:

Las hojas verdes, limpias y secas

El día que tengas un rato de tiempo libre, lava las hojas verdes. Sécalas con cuidado y luego, guárdalas en un tupper con varias servilletas de papel que potencien la absorción de la humedad: ¡Puedes guardarlas hasta una semana!

Corta y friza

Excepto la papa que coge mal sabor en el freezer, el resto de los vegetales se pueden congelar sin problema. Prepara porciones de revueltos de verduras y ten siempre a mano para hacerte las más ricas comidas.

Compra enlatados o congelados

Si aún no tienes tiempo para lo anterior, compra enlatados o verduras congeladas. Es cierto que no es la opción más saludable de todas, pero ¿Sabes? Sigue siendo notablemente más sano que comer una pizza de un local de comida rápida.

3. Las legumbres me caen mal

En cuanto a incorporar las legumbres como proteína de alta calidad, muchas personas ponen como excusa que les caen mal. Y en realidad, es posible que sea verdad. Sin embargo, esa misma persona quizá puede comer un kilo patatas fritas sin inmutarse, ¿Cómo es posible?

Si eres una persona sana y las legumbres te caen mal, seguramente sea porque no tienes a tu microbiota adaptada a ellas. La microbiota son las bacterias que viven en los intestinos.

Si le das la oportunidad y empiezas a consumir legumbres con frecuencia, primero en pequeñas cantidades y luego en mayor medida, verás rápidamente que tu organismo se adapta a ellas.

Para empezar puedes comer legumbres fáciles de digerir (lenteja pelada, por ejemplo), o prepararlas en puré. También es importante que las dejes varias horas en remojo antes de cocinarlas, y que las hiervas con especias carminativas (que favorecen la disminución de los gases) como el comino o el hinojo.

¡Basta de excusas! ¡Comienza a comer sano hoy mismo!

Fuentes:

CuerpoMente