De acuerdo a la última revisión del Manual de Enfermedades Psiquiátricas (DSM V) un criterio clave para su diagnóstico es que los atracones deben darse al menos una vez por la semana durante un período de 3 meses. Al igual que sucede en la bulimia, el paciente tiende a usar la comida como alivio frente a estados emocionales. Suele haber también dificultad para expresar afectos, conductas compulsivas y mayor dificultad para afrontar períodos de estrés.

Si bien comparte muchos criterios para su diagnóstico con la bulimia, en el Síndrome por Atracones no hay mecanismos compensatorios, convirtiéndose esta en su principal diferencia. La persona que se atraca no recurre a los vómitos, ni laxantes ni actividad física excesiva para compensar la cantidad de comida ingerida.

¿QUÉ ES EXACTAMENTE UN ATRACÓN?

Es la ingesta de gran cantidad de comida (mucha más de la que comería cualquier persona en las mismas circunstancias) en un corto período de tiempo, acompañada de un intenso malestar, sentimientos de culpa y vergüenza. La voracidad y la sensación de falta de control sobre la comida serían las palabras que mejor describen al atracón. Los pacientes muchas veces usan expresiones como “no pude parar de comer” o “fue más fuerte que yo”.

Estos episodios de atracones se asocian a la presencia de uno o más de los siguientes criterios:

Ingestión de la comida mucho más rápido de lo normal.

Comer hasta sentirse desagradablemente lleno.

Comer a pesar de no tener hambre.

Comer a solas, para esconder la voracidad.

Sentir disgusto o culpa después del atracón. Puede haber también depresión.

OBESIDAD Y TRASTORNO DE ATRACÓN

Puede suceder que la persona obesa presente también este síndrome, complicando aún más el tratamiento y exigiendo una mayor interdisciplina. La combinación de ambas patologías lleva a que el obeso tenga una mayor distorsión respecto su peso y la alimentación, mayor probabilidad de padecer depresión, baja autoestima y mayor impedimento psicosocial (el paciente tiende a aislarse más de lo normal).

Aún así no todas las personas obesas presentan episodios de atracones, por lo que es importante que el profesional sepa diferenciar cada caso particular.

DISPARADORES

Algunos disparadores del trastorno por atracones son el estrés, la restricción alimentaria, los sentimientos negativos respecto al peso y la forma corporal y el aburrimiento. El dietismo crónico, que va de la mano con la restricción alimentaria, se considera un factor desencadenante tanto como para los trastornos alimentarios como la obesidad. El hecho de vivir haciendo dietas restrictivas somete a la persona a un estrés y nivel de ansiedad difíciles de sobrellevar y esto, en personalidades vulnerables, puede desencadenar algún tipo de trastorno.

Como se mencionó anteriormente, el abordaje debe ser interdisciplinario, involucrando psicólogos, psiquiatras y nutricionistas formados y especializados en el tema.