El delfín rosado, también conocido como boto o bufeo, es el delfín de río más grande del mundo. Se haya con frecuencia en diversos ríos de Sudamérica, como el Amazonas, la cuenca alta del río Madeira en Bolivia y la cuenca del Orinoco. Sin embargo, también se puede ver en menor proporción en otros lugares.

Lamentablemente, el delfín rosado (Inia geoffrensis) está desde 2008 en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Sin embargo, el descubrimiento de una nueva cría en Luisiana, Estados Unidos, ha traído esperanzas para el futuro de la especie.

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Bridget Boudreaux es una ciudadana de Luisiana que estaba en un bote con su esposo, viajando por el canal Calcasieu, cuando notó que había varios delfines jugando en el agua, dos de los cuáles eran rosados.

Aprovechando esta rara oportunidad, Boudreaux decidió fotografiar el momento, pero solo fue capaz de capturar a uno de los dos en sus fotos, que se volvieron virales rápidamente por su belleza.

No es la primera vez que aparece un delfín rosado en Luisiana. En 2005, el capitán de barco Eric Rue observó y fotografió a una delfín rosado que es conocida popularmente en la región como Pinky.

En el 2015 Rue pudo verlo nuevamente, y en esta ocasión le pareció que la hembra estaba preñada.

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Un delfín rosado saliendo del agua
Imagen ilustrativa

Estas fotografías son sin duda una buena noticia para los delfines rosados del mundo, aunque la amenaza que sufren en sus distintos hábitats sigue siendo real.

Los delfines rosados no han sido víctimas de una caza excesiva, sino que ha sido la destrucción de sus hábitats lo que ha reducido sus números. La UICN no tiene un estimado confiable de la población mundial, pero creen que la caza accidental también ha sido un factor amenazante.

Además, los delfines rosados tienen una alta tasa de mortalidad en cautiverio, lo que dificulta su conservación fuera de sus hábitats naturales.

Fuente:

Ilusión Viajera

The Independent