Nuestra casa es el reflejo de quiénes y cómo somos, de lo que nos preocupa, de lo que es importante para nosotros. Por ejemplo, para saber qué tanto cuidamos el ambiente, bastaría dar un vistazo a nuestra alacena, a nuestros recibos de luz y agua, al clóset, e incluso la basura que generamos. Todo habla de nuestros estilos de vida y sus impactos a nuestro entorno.

En el marco del Día Mundial del Ambiente, que se celebra cada 5 de junio, es importante reflexionar sobre nuestras decisiones y hábitos del día a día y transformarlos hacia un estilo de vida 1,5. ¿Qué es eso? Te contamos.

Los hábitos 1.5

Este número es de gran importancia para la humanidad: 1,5 grados centígrados, es el incremento máximo que podemos permitir de la temperatura global, ya que de superar ese límite el calentamiento global podría tener consecuencias devastadoras para el planeta y las especies que lo habitamos.

Sí, cuidar el ambiente implica una transformación de nuestro estilo de vida. Sabemos que no es sencillo, pero tampoco imposible. Vayamos poco a poco, a nuestro propio ritmo, lo importante es comenzar, y qué mejor que hacerlo desde nuestra casa. Hazlo por ti y por nuestro planeta que es, finalmente nuestro hogar.

Pero, ¿cómo podemos traducir este estilo 1,5 en el cuidado del ambiente desde nuestra casa? Aquí algunos tips:

Consume menos energía

¿De verdad necesitas tener todas las luces de casa encendidas si estás solo en una habitación, o tener el televisor prendido aunque no lo veas, solo para que te haga ruido? Apagar luces, aparatos electrodomésticos, incluso desconectar cargadores de celular cuando no están en uso representan un ahorro energético.

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El refrigerador es uno de los aparatos que más energía consume en una casa. Un tip: situar la parte trasera en un lugar ventilado ahorra hasta 15 por ciento de energía.

El televisor y la lavadora, son otros dos de los electrodomésticos que más energía demandan. Elige modelos ahorradores, modera y optimiza su uso con cargas completas de lavado, por ejemplo.

En cuanto a la iluminación, utiliza focos LED, pues los incandescentes convierten en luz solo 5 por ciento de la energía que consumen, el resto lo transforman en calor.

Recuerda que la generación de energía basada en combustibles fósiles como el petróleo o el carbón, es una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero.

Consume menos agua

El baño diario no debe superar los cinco minutos. Cerrar la llave mientras nos enjabonamos al bañarnos, al lavarnos los dientes y las manos, significan importantes ahorros. También puedes colocar una cubeta en la ducha para captar el agua fría en tanto sale la caliente en lugar de dejarla correr. Utilizarla para el sanitario, trapear o regar plantas es una buena opción.

Podemos hacer mucho más con el cuidado del agua. Agota la vida útil de los productos que tienes en casa, reutiliza, no compres productos nuevos, al hacerlo usamos menos recursos naturales, como el agua, disminuimos la contaminación y generamos una menor cantidad de residuos.

Y si de plano tienes que comparar, que sea reciclado. Un ejemplo del impacto de este cambio lo podemos ver en la obtención de papel: para fabricar 1 tonelada de papel necesitamos unos 115.000 litros de agua. Para una tonelada de papel reciclado se necesitan 16.000 l, casi un 89% menos.

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Lleva a casa frutas de temporada

Al adquirir frutas y verduras de temporada, producidas de manera ecológica y en lugares próximos a nuestro domicilio, estamos evitando el fomento de producciones horto-frutícolas intensivas, que demandan grandes cantidades de agua, lo que provoca la sobre-explotación de acuíferos y demandas de aportes de aguas externas al lugar de su producción. Estas explotaciones también usan más fertilizantes y pesticidas que contaminan el agua.

Compra electrodomésticos eficientes

Cuando adquiramos nuevos electrodomésticos, debemos fijarnos en sus características técnicas sobre eficiencia energética y ahorro de agua. Las marcas de lavadoras incorporan diferentes sistemas para reducir el consumo de agua.

Opta por alimentos ecológicos y locales

Por ejemplo, podemos preferir comprar frutas, verduras y otros alimentos producidos localmente de forma agroecológica (libre de transgénicos y de agrotóxicos, de temporada, sin empaques y con baja huella de carbono). También puedes optar por producir tus propios alimentos comenzando tu propio huerto en casa.

Dos jóvenes compran orgánico en una feria

Evita productos innecesarios que se convertirán en basura

Reduce tu consumo en general. Para ello podemos cuestionarnos si realmente necesitamos algo antes de comprarlo o si podemos satisfacer esa necesidad con algo que ya tenemos en casa o que alguien más ya no ocupe.

Así, podemos reparar artículos como ropa y calzado para extender su vida útil, podemos optar por comprar ropa y otros artículos de segunda mano en lugar de nuevos; o intercambiar nuestras prendas con amigos y familiares o buscar opciones de trueque. Hay incluso plataformas web para hacerlo.

Evita envases y empaques de un solo uso y otros artículos desechables

Para esto, podemos optar por comprar a granel (alimentos, comida para mascotas, detergentes, etc.), buscar presentaciones sólidas de champú o cremas, y optar por artículos reutilizables, como llevar tu propia bolsa reusable cuando vayas a abastecerte de víveres.

Como ves, cuidar el medio ambiente desde casa es posible. Y tú, ¿por donde empezarás?