La agricultura es el conjunto de técnicas y conocimientos destinados a cultivar la tierra a través de acciones desarrolladas por el ser humano, con el fin de obtener alimentos de origen vegetal. Desde cereales, frutas, hortalizas, pastos y forrajes, hasta las fibras utilizadas en la industria textil.

Esta actividad que incide en el ambiente natural es una acción indispensable para la vida en el planeta, el desarrollo y la riqueza de las naciones.

A nivel mundial, la agricultura representa la mayor proporción de uso de la tierra por el hombre, y casi dos terceras partes del agua dulce que utilizamos, se destina a esta actividad.

[También te puede interesar: Crisis mundial: cuáles son las causas de la escasez de agua en el mundo]

La agricultura en Argentina

La producción primaria de varias provincias se caracteriza por la agricultura intensiva. Como su nombre lo indica, se refiere al uso intenso que hace de los recursos para poder incrementar los niveles de producción. La tierra se cultiva dos veces al año: en la temporada de primavera-verano y otoño-invierno. Además, este método emplea maquinaria y sistemas de riego, fertilizantes y pesticidas químicos.

Tradicionalmente, se utilizaron alternativamente las áreas con suelo y clima favorables para la agricultura y la ganadería. Esto se realizó a través de una secuencia de rotación de cultivos anuales y ganado que pastaba en praderas de pastos perennes. La rotación permite preservar y mejorar la sustentabilidad de la productividad y la de la rentabilidad del sistema en general.

A través del tiempo, la intensificación de cultivos, de soja por ejemplo, ha ido incrementando en Argentina y no se tuvieron en cuenta los costos ambientales.

Calcular los costos ambientales, como la pérdida de nutrientes en el suelo, es importante porque permite estimar la salida de recursos e implementar un cálculo sobre esa retención ambiental. Ese cálculo no será el mismo para cada ecorregión - depende de niveles tecnológicos y tipos de suelos - y se debe considerar para saber cuál es la pérdida real para el ambiente y la sociedad, más allá del beneficio económico.

Consecuencias socioambientales de la agricultura intensiva

Genera erosión hídrica y erosión de los suelos por acciones de laboreo excesivo, profundo y la no reposición de materia orgánica. Degradación química y exceso de sales como degradación biológica y física de los suelos.

Emite gases de efecto invernadero que reducen la capa de ozono. Algunas de las actividades que inciden así en la atmósfera son la combustión de motores de maquinaria agrícola y la quema de residuos de cosecha.

Contamina recursos hídricos por el uso de productos y residuos agroquímicos, fertilizantes y plaguicidas.

Genera la pérdida de biodiversidad en tanto aumenta el uso de la superficie y los recursos del planeta, desplazando a las especies de su hábitat.

• Produce disfuncionalidades fisiológicas en la vida salvaje y los seres humanos por el uso de plaguicidas y abonos industriales.

Por estos motivos, es imprescindible un nuevo enfoque que permita una agricultura más sustentable contribuya a paliar la crisis ecológica que transitamos. Dicho enfoque debe estar basado en el uso de recursos locales y en tecnologías agroecológicas adaptadas a las condiciones socioeconómicas y biofísicas del medio donde se apliquen.

[También te puede interesar: Los efectos del cambio climático en la Patagonia Argentina]

default ambiental 2
Foto de Shutterstock

El camino hacia la agroecología

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura define a la Agroecología como : "una disciplina científica, un conjunto de prácticas y un movimiento social. Como ciencia, estudia cómo los diferentes componentes del agroecosistema interactúan. Como un conjunto de prácticas, busca sistemas agrícolas sostenibles que optimizan y estabilizan la producción. Como movimiento social, persigue papeles multifuncionales para la agricultura, promueve la justicia social, nutre la identidad y la cultura, y refuerza la viabilidad económica de las zonas rurales".

Hoy, la agroecología toma un papel importante y está cobrando protagonismo como la vía más idónea. Pretende insertarse en un nuevo paradigma en formación, producto de la crisis de los paradigmas tradicionales y de la racionalidad científica y técnica que los ha sustentado. También pretende analizar los distintos sistemas agrarios y las experiencias que desarrollamos en ellos, para revisar si las distintas formas de manejo se traducen en formas correctas en aspectos sociales y ecológicos.

“La agroecología es tener en cuenta y poner en juego todos los procesos ecológicos para producir agropecuariamente. No es una mirada empresarial, es una mirada de sistema, de entender los procesos naturales que funcionan en un campo. Al tener en cuenta todos los procesos, es más fácil cuidarlos”.

Eduardo Cerdá, Ingeniero agrónomo

La estrategia de la Agroecología posee una triple dimensión: ecológica, social y económica. No trata de llevar soluciones a la comunidad, sino acompañar a las que ya existen desde un ámbito participativo, que valore el conocimiento local. Y aunque a veces se piense que los productos de un sistema agroecológico son más caros, deberíamos evaluar en su lugar el costo ambiental y social que genera un sistema intensivo de producción.

huerto urbano

Agroecología en Argentina

En Argentina, hace varios años que ya existen diversas granjas y cooperativas que cultivan sus alimentos bajo la premisa de la agroecología. Asimismo, en agosto del 2020, se creó la Dirección Nacional de Agroecología, la cual depende del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. Este es un paso hacia la soberanía alimentaria y el cambio de paradigma productivo.

El objetivo de dicha Dirección es el desarrollo de estrategias basadas en la sustentabilidad y el equilibrio ambiental, así como el diseño de alternativas al modelo productivo que rige en la actualidad. Esta determinación gubernamental se enmarca en una creciente crisis socioambiental, que ha despertado la urgencia en el establecimiento de políticas públicas para combatir el método extractivista, el ecocidio y la creciente utilización de agroquímicos.

beneficios de consumir alimentos agroecológicos

Se respeta la biodiversidad de la flora y fauna.

• Los cultivos tienen mejor sabor, son más sanos y rinden más, ya que se producen más alimentos por hectárea que en la agricultura convencional.

No se utilizan insumos químicos sintéticos en la producción. Utiliza abonos naturales como estiércol animal y compost. El control de plagas se realiza, por ejemplo, mediante la introducción de plantas que las repelen y atraen insectos beneficiosos.

• Busca acortar la cadena de comercialización y permite que las comunidades produzcan los alimentos que necesitan.

• Su producción protege al suelo y el agua. Los cultivos se rotan para favorecer la riqueza del suelo y evitar que aparezcan plagas. Además, se cultiva una combinación de diferentes cultivos y variedades de plantas (asociación de cultivos) en el mismo campo.

Como dice el Ingeniéro Walter Alberto Pengue, debemos entender que: “Los suelos ricos del mundo son cada día más escasos y no es posible hacer nuevos suelos en los términos en que la humanidad los consume, degrada y necesita. Es un valor de resguardo futuro que países como Argentina deberá tener muy en cuenta”.

Como consumidores de alimentos, un buen primer paso es tomarnos el tiempo e investigar si en la localidad donde vivimos existen granjas o cooperativas agroecológicas, y optar consumir estos alimentos. ¿Qué esperas?