Son casi 20 familias mexicanas y algunas más estadounidenses las que viven en Puertecitos, un poblado alejado del Municipio de Ensenada, en Baja California, México, que se dedica casi en su totalidad a la pesca. 

Tener acceso a la energía eléctrica era para ellos simplemente una utopía. Los altos costos del tendido de la red o el uso de terrenos no regularizados no lo hacían posible. Pero el conocimiento se puso al servicio de la necesidad, ¡y lo lograron!

Un equipo de ingenieros de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) pudo convertir a Puertecitos en la primera y única comunidad del país con energía limpia, solar y eólica.

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Por las condiciones de pobreza, las temperaturas elevadas y la falta de servicios básicos, muchas familias se marcharon de la comunidad cuando tuvieron la oportunidad de hacerlo. Quienes se quedaron, en muchos casos sufrían deshidratación, o tenían que dormir a la intemperie por las altas temperaturas.

Pero todo cambió gracias a este proyecto. A partir del año pasado, una micro red sustentable de servicios energéticos comunitarios se instaló en el poblado, alimentada por una planta que combina la generación de energía a través del sol y el viento.

Fueron colocados 184 módulos solares (los cuales generan 55.2 kilowatts fotovoltaicos), y un aerogenerador con aspas de seis metros y capacidad de cinco kilowatts. También se instaló un generador diesel de 75 mil voltios por amperio y 174 baterías de dos voltios.

“El sistema tiene una sección de distribución de la energía, eso quiere decir que la energía que llega de fotovoltaico, eólico o del banco de baterías, es de corriente directa y es transformada a corriente alterna por medio de un inversor, el cual alimenta un transformador principal y lo que sigue es lo que normalmente tenemos en nuestras casas, se distribuye la energía por los postes y la comunidad tiene energía como la que tenemos en las zonas urbanas”, señaló uno de los investigadores.

¿Por qué "comunitarios"?

Porque es la propia comunidad la que se encarga de la limpieza de los sistemas fotovoltaicos; además de otros asuntos como la administración, los medidores, las capturas de consumos, la generación de facturas y los cobros.

El proyecto se financió mediante entidades como Conacyt (Fondo Sectorial), Secretaría de Energía, UABC, Secretaria de Desarrollo Económico, Comisión Estatal de Energía y el BID.

Impacto positivo

Esto ha tenido un gran impacto sobre el progreso social de la comunidad; convirtiéndose en un ejemplo de lo que las soluciones sustentables pueden representar a nivel ambiental y social. Los nuevos servicios además le han dado un impulso al turismo, ayudando a la economía de la comunidad.

Por eso, sin dudas, éste es un ejemplo que podría expandirse y replicarse, no solo en México donde alrededor de 500 viviendas no tienen electricidad, sino también en asentamientos de todo el mundo.