El fondo de la Antártida enfrenta daños por el turismo- aunque el creciente turismo se considera una buena señal para acercar a las personas a la naturaleza, también puede generar una presión enorme sobre los tesoros naturales del planeta.
Ejemplos claros de daños provocados por la actividad humana incluyen los arrecifes de coral dañados por buzos irresponsables y los senderos de montaña deteriorados por el constante tránsito. Recientemente, un video de la Antártida mostró cómo el fondo marino de Yankee Harbor está siendo afectado por los anclas y cadenas de los barcos, generando preocupación sobre el impacto del turismo incluso en los ecosistemas más frágiles.
Daños visibles en el fondo marino
Matthew Mulrennan, científico marino y uno de los autores del estudio publicado en Frontiers in Conservation Science, estaba grabando en las aguas antárticas para capturar imágenes de calamares colosales, pero su cámara registró un hallazgo preocupante: los anclas y cadenas de los barcos raspan el fondo marino, dejando cicatrices, surcos y montículos de lodo. Los expertos señalaron que estas áreas dañadas no sostenían prácticamente vida marina, solo quedaban algunas esponjas rotas.
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Mulrennan compartió las imágenes con la científica Sally Watson en Nueva Zelanda, quien confirmó que las marcas en el fondo marino provenían de anclas y cadenas. Ambos especialistas advirtieron que los barcos de investigación, pesca y turismo podrían ser los responsables de los daños al frágil ecosistema antártico, según informó ABC News.
Impacto en especies clave
“El daño observado estuvo cerca de tres esponjas volcánicas gigantes, consideradas los animales más antiguos del planeta, que pueden vivir hasta 15.000 años”, explicó Mulrennan. Estas esponjas, junto a otras especies afectadas, son cruciales para filtrar el agua, secuestrar carbono y ofrecer refugio, alimento y hábitats complejos que benefician a todo el ecosistema marino, incluyendo pingüinos y focas, los animales que los turistas buscan observar.
Si bien las anclas pueden aplastar la vida marina donde caen, el daño real a menudo es causado por las pesadas cadenas que se arrastran por el lecho marino, raspando todo a su paso y afectando gravemente el ecosistema.
Incremento del tráfico marítimo
Mulrennan revisó 36 sitios en la Antártida y solo Yankee Harbor mostró daños por anclas. Sin embargo, estos impactos negativos son recientes, ya que la región, antes raramente visitada, ha visto un aumento constante de la actividad humana. Cada año, llegan numerosos barcos turísticos, y al mismo tiempo, las expediciones científicas y operaciones de pesca también han aumentado, incrementando el tráfico en estas áreas.
Estadísticas preocupantes
En la temporada 2022-2023, al menos 195 barcos anclaron en las aguas antárticas. Las autoridades han advertido sobre la presencia de numerosas embarcaciones sin licencia y no reguladas que podrían estar navegando en la región, aumentando el riesgo de daños al ecosistema marino.
Este escenario subraya la necesidad de implementar regulaciones más estrictas y fomentar prácticas responsables de turismo y navegación en la Antártida. La preservación de estos ecosistemas frágiles es esencial no solo para la vida marina, sino también para el equilibrio global y la experiencia de los visitantes que buscan disfrutar de la belleza natural sin destruirla.
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