Las huertas comunitarias son un experimento social en desarrollo. Diversas comunidades se unen localmente en todo el globo para imaginar y construir un espacio nuevo, a través de un proceso de creación de una cultura humana más saludable, en donde el trabajo colectivo juega un rol decisivo.

Porciones de tierra en la vía pública donde cultivar vegetales para el consumo personal, sin tóxicos, sin intermediarios. ¿Cómo es que este fenómeno se lleva adelante? De maneras infinitas, condicionado por las motivaciones iniciales, el grupo y contexto socioambiental en donde surge.

No se trata de personas expertas sino más bien de aprendizajes colectivos alrededor de algo tan importante como lo es la naturaleza, el alimento que nos provee y lo que le devolvemos. Porque nos motiva que este tipo de iniciativas se sigan replicando, les compartimos 10 pasos que creemos útiles para arrancar con su propio proyecto de huerta comunitaria.

También puede interesarte: Atlanta crea el primer bosque de comida gratuita para luchar contra la inseguridad alimentaria

PASO 1: “Armado de equipo de trabajo”

trabajo 2

El primer paso y el más importante es poder encontrar un grupo de aliados con los que llevar adelante este hermoso proyecto. A veces ocurre que muchas personas desean cosas semejantes pero nunca se han detenido a consultar con su vecino. ¡No temas tocar timbres!

Las huertas comunitarias suelen surgir del encuentro entre pares y para ello hay que salir a buscarlos. Querrás tener aliados dispuestos a participar en el proceso, a cuidar dicha huerta, los que rieguen o simplemente cedan herramientas de trabajo. Incluso aliados que no participen pero estén de acuerdo en instalar el cajón o bancal en el territorio elegido.

Verás, al final de cuentas, que lo más lindo de este proyecto es el encuentro con vecinos, la comunidad. La organización del equipo es primordial. De esto dependerá el éxito del proyecto, ya que hay muchas tareas a llevar adelante en una huerta comunitaria.

Un grupo de whatsapp del vecindario o del grupo implicado permitirá dar avisos instantáneos sobre cualquier eventualidad en la huerta, a la vez que realizar pedidos de herramientas o comunicar avances, novedades o alegrías.

Comunicarse en el día a día del proyecto hará que todos se mantengan constantes y atentos al proceso. De a poco irán descubriendo cuáles son las habilidades de cada uno de los integrantes de este nuevo equipo para así obtener lo mejor de cada uno e ir logrando resultados. Todo es bienvenido para ser aplicado en este proyecto. Será el desafío del grupo construir un espacio propenso a desplegar dichas aptitudes para el beneficio de todos, en definitiva, si comes, ya estás dentro del proyecto.

PASO 2: “Dónde hacer la huerta”

huerta atardecer

Una huerta comunitaria puede ubicarse en cualquier espacio abierto de fácil acceso, algunas de las veredas del barrio, dentro de un club, en una plaza, parque o en el bar de la esquina. Identifiquen los posibles lugares dentro de su propio barrio en dónde pueda llevarse adelante y los pasos a seguir para poder gestionarlo.

A la hora de elegir el lugar, deberán tener en cuenta varios factores:

- Espacio suficiente para poder instalar los cajones, los bancales, o cualquier disposición que consideren eficaz según la zona.

- ¿Cuántas horas de luz recibe dicho espacio? Deben observar los árboles alrededor. Puede que en invierno se encuentren sin hojas. No deben olvidar las sombras que darán en verano

- ¿Es un espacio verde o deben proveerse de toda la tierra necesaria? En caso de ser un espacio de tierra arcillosa, por ejemplo, deberán hacerse de algún abono a fin de mejorar su calidad.

- Por otro lado, deben chequear con qué accesos de agua cuentan a fin de planificar cómo será el sistema de riego. Esto será imprescindible a la hora de mantener nuestros cultivos. Por último, pero no menor, el espacio que elijan debe quedar cerca de sus hogares.

La huerta comunitaria se propone como un espacio colindante al que poder visitar constantemente para registrar el proceso, cuidarlo y obtener de aquello las máximas gratificaciones a nivel comunidad.

PASO 3: “Materiales”

herramientas

Las huertas comunitarias pueden realizarse de diversas maneras. Es común armar cajones de madera para poder mantener nuestro espacio prolijo y evitar algunas visitas como las de los perros. Para ello, necesitarán madera, clavos/tornillos, herramientas de trabajo y muchas manos a la obra.

El tamaño de los cajones dependerá del espacio que hayan elegido, hay opciones diferentes e información disponible para lograr su objetivo y mucho material de descarte si miras a tu alrededor. En general, podrás encontrar pedazos de madera o muebles enteros cerca de los contenedores de reciclables o en alguna esquina de tu barrio.

Los pallets son un material muy noble para armar los cajones y fáciles de conseguir. Para mayor durabilidad de la madera, se pueden pintar con aceite de auto usado o algún barniz, a fin de retrasar su deterioro.

Una vez listos, será cuestión de rellenar con tierra fértil, futuro suelo de nuestros cultivos. Es hora de realizar la mezcla de tierra y abono. Palas y layas son indispensables para el trabajo en la tierra, anímense a solicitarlas, muchas personas tienen estas herramientas estacionadas en el garaje y estarán ansiosas de prestarlas para la causa. Verás que hace falta comprar menos de lo que te imaginas.

PASO 4: “Armado de compostera”

Primeracompstera

El armado de una compostera es fundamental para empezar a generar abono para su tierra, Una compostera es un recipiente donde se puede descomponer la materia orgánica que vamos depositando con el objetivo de obtener un abono ecológico que sirva para nutrir a nuestras plantas.

El ciclo de la naturaleza es complejo y puede vislumbrarse en su totalidad en una huerta, las composteras pueden realizarse en cajones de madera o recipientes de plástico y ubicar cerca de nuestra zona de cultivo. Su tamaño dependerá del volumen de residuos que queramos compostar, es este el primer paso de un proceso mágico.


Para que una compostera funcione bien en un espacio público es muy importante estar atentos a su correcto cuidado, lo ideal es tener dos compartimentos aireados, es decir, no herméticamente cerrados porque puede correr peligro de pudrirse, es importante que ambos compartimentos tengan tapa.

Uno se mantiene abierto para que los vecinos tiren sus residuos. Una vez completo, se cierra y se comienza a utilizar el segundo compartimento. El primero quedará en reposo terminando su proceso de descomposición hasta convertirse en tierra fértil. La laya es una herramienta clave para el compostaje porque permite revolverlo, y sí, hay que hacerlo por lo menos 2 veces por semana, para lograr que se airee y no se apelmace.

Es muy importante, además de tirar orgánicos, tener siempre a mano pasto u hojas secas para tirar sobre éstos. Le va a dar estructura a la compostera y proporcionará un equilibrio entre lo seco y lo orgánico para que no se pudra. Hay muchos mitos en torno al compostaje, la mayoría negativos, es muy importante que los vecinos estén atentos al proceso de las composteras.

PASO 5: “Haciéndose de tierra y semillas”

semilla calendula

La calidad de la tierra es fundamental para el desarrollo de tus plantas. Sin un buen suelo no hay éxito posible, esto es lo más importante para tener una producción sana y sin necesidad de fertilizantes. La tierra es el alimento que nutre a la planta, así como nuestro cuerpo reacciona a la comida que ingerimos he aquí la importancia del compost, la tierra buena y suelta para que las raíces puedan extraer todos los nutrientes necesarios para desarrollar nuestro cultivo.

Para ello pueden mezclar tierra con el abono (compost) que hayan generado y agregar cualquier otro recurso natural que nutra esta mezcla. Estén atentos a los recursos que el barrio puede brindarles: pasto, hojas secas, bosta de caballo o restos de poda son buenos aliados y harán de tu cultivo uno mucho más nutritivo y eficaz.

Para comenzar con el cultivo de los distintos vegetales y plantas debemos primero decidir qué queremos sembrar, planificar mínimamente nuestro sembrado y hacernos de las semillas necesarias. Éstas pueden conseguirse en algún vivero de semillas orgánicas, también pueden encontrarse en alimentos orgánicos que vayan consumiendo (como el morrón, el tomate, el zapallo, etc...) o recuperarse al final del ciclo de algunas plantas, una vez que éstas últimas hayan aflorado. Otra iniciativa eficaz resulta del intercambio de semillas con otras huertas linderas o entre vecinos. Así podrás ofrecer de las que tienes repetidas y obtener otras nuevas para la propia huerta o cultivo.

PASO 6: "Los almácigos”

almacigo

En paralelo a la obtención de semillas, les sugerimos ir generando plantines en sus hogares, a fin de traspasarlos a la huerta una vez esten lo suficientemente grandes, algunas verduras son aptas para plantar derecho de semilla en los cajones, pero para otras, será más efectivo generar almácigos.

En este último caso, sugerimos repartir semillas entre los distintos participantes, para que cada uno pueda, en su casa, ocuparse de su germinación esto facilitará el control y cuidado de los plantines en su etapa más joven. Puede suceder que, de hacerlo directamente en el espacio de huerta, pierdan registro de dichas semillas, o las mismas se vean afectadas por los cambios de clima, los transeúntes, etc.

Una vez listos, pueden organizar una jornada de trabajo y ubicarlos colectivamente donde lo consideren pertinente, estos plantines pueden generarse en cualquier tipo de recipiente pequeño, tachos pequeños de plástico de productos de supermercado (no olvides hacerle agujeritos para el correcto drenaje), hueveras, etc.

Es importante hacer siembra escalonada, es decir, no sembrar todas las semillas de lechuga el mismo día, sino ir sembrando cada 15 o 20 días, de esta forma, habrá producción de lechuga durante toda la temporada y se irán generando plantines nuevos para reemplazar los que se van cosechando. Les sugerimos, por último pero no menos importante, identifiquen cuáles son las especies más apropiadas según la época y el hemisferio en el que se encuentran.

PASO 7: “Plantación y riego”

riego

¡Ahora sí, llegó el momento más lindo: Sembrar! Para ello, les sugerimos investigar sobre la mejor forma de sembrado y las condiciones necesarias de cada una de las semillas para que puedan desarrollarse satisfactoriamente. Podrán planificar su cultivo en base al espacio disponible y la época del año.

¿Qué necesita la planta de tomate? ¿cuánto crece? ¿Qué es lo mejor para el zapallo? Como dijimos antes, algunas podrán sembrarse directamente sobre nuestro el suelo de la huerta, otras será mejor germinarlas aparte y repicarlas luego a medida que crecen. Estudiar cuales son las condiciones de cada planta para obtener su mejor rendimiento es clave para lograr poco a poco el éxito en la cosecha. Ahora bien, ten presente en todo el proceso que las huertas comunitarias son eso, procesos, y que será a medida que ésta se desarrolle que vayan aprendiendo que es mejor y qué errores no repetir.

El riego después de sembrar, repicar, o trasplantar es fundamental para el buen desarrollo de la planta, la intensidad del riego dependerá de la época del año y el tipo de siembra por lo que un buen calendario de riego entre el equipo siempre ayuda a asegurarse que las plantas estén correctamente hidratadas.

Turnarse con el riego entre varios volverá menos tediosa la tarea, en especial si la huerta ha tomado ya grandes dimensiones, el mulching es un buen recurso para mantener la humedad de la tierra lo ideal es el pasto cortado seco. Sí, ese que se acumula en bolsas de basura en la vereda después de que algunos vecinos hayan emprolijado sus jardines, el mismo es un recurso muy valioso a la hora de mantener la humedad y proteger nuestros suelos de la erosión, el sol o el viento, luego al compostarse en la tierra, le sumará muchos nutrientes.

PASO 8: “Mantenimiento”

Laura sombrero

Listo ¡Huerta lista, vecinos contentos! Si han llegado hasta acá es por que ahora tienen una huerta comunitaria entre vecinos. ¡Un lujo! Una huerta instalada en un espacio público accesible y a la vista de todos, ahora es momento de mantenerla. La huerta es un sistema vivo y como tal pronto comenzará a crecer, a desbordarse, a llenarse de vida e interactuar con el entorno.

Acérquense a la huerta siempre que sea posible, ya sea paseando el perro (y levantando sus necesidades, muchas veces trabajamos arrodillados y nos encontramos sorpresitas) o de camino a realizar los mandados, procuren que la huerta quede de pasada. Esto les permitirá poder ir viendo sus avances y actuar a tiempo en caso de la presencia de alguna plaga o cualquier otro obstáculo.

Organicen jornadas de trabajo, estas servirán para mantener la huerta y de paso conocerse entre vecinos, también harán que con el tiempo más gente se pueda sumar o acercar a consultar de qué se trata el proyecto.

PASO 9: “Comunicación hacia afuera”

compostera 3 editada

Las huertas comunitarias no son solo cajones de verduras, son una decisión política sobre lo que queremos para nosotros y el mundo que nos rodea, un mensaje viviente de lo que puede generarse dentro de una comunidad. Dicho espacio se transforma en un espacio educativo que invita a los transeúntes a interiorizarse sobre los procesos que conlleva y participar en los cambios ambientales bajo diferentes formas.

Por ello, recomendamos sumar cartelería, muchas personas desconocen de qué se trata una huerta comunitariao y de hecho, no tienen porqué saberlo colocando carteles que indiquen qué es lo que está plantado, por qué, cómo deciden cosechar los productos (si es en una jornada, si es para el grupo cultivador, si es para todos), o cómo funciona la compostera (indicando qué puede o no tirarse en dicho espacio, cómo se realiza el proceso y qué hace falta para que esto suceda) puede ser una invitación a la participación y a la réplica.

Todo esto, hará que estas personas comprendan de qué va lo que están viendo en dicha vereda y así puedan respetarlo, una buena idea consiste en crear algún tipo de pizarrón que funcione como espacio de mensajería entre vecinos. Permitirá dejar mensajes que el resto de la comunidad pueda leer fácilmente, allí se pueden, incluso, solicitar herramientas, donación de semillas o difundir días de trabajo grupal en el espacio.

PASO 10: “La cosecha”

Toti Mari

Es momento de recoger los frutos del trabajo comunitario, y justamente así como el trabajo es comunitario, es importante que la cosecha sea comunitaria y que luego de una jornada de trabajo se haga una cosecha de lo que está listo, se reparta entre los que participaron y ¿por qué no? también entre los curiosos que se acercaron a preguntar (es una buena estrategia de marketing para lograr que el proyecto se replique).

También puede interesarte: 7 ideas para convertir tu hogar en un lugar más sustentable

replicala

Hay veces que la cosecha es muy generosa como es el caso de las hortalizas de hoja, en estos casos es importante cosechar de a hojas, para permitir que la planta siga creciendo y pueda rendir para más vecinos. Casi sin planearlo, después de tanto trabajo compartido, algún vecino se ofrecerá para invitar al resto a comer a su casa, o preparará algo con ese fruto y lo traerá a la huerta la próxima jornada de trabajo para compartirlo entre todos.

Y este grupo de vecinos que tal vez hace un año no se conocían o no se saludaban, ahora comparten, en un espacio comunitario, el alimento.

¿Que te ha parecido esta nota? ¿Habías pensado en la posibilidad de una huerta comunitaria? ¡Cuéntanos tus experiencias con huertas!