Huerta no es solo un coworking, es una declaración de principios. Como la única empresa B del rubro en Argentina, este espacio busca transformar la manera en que trabajamos, poniendo en el centro el impacto positivo tanto ambiental como social.

Huerta no es un coworking más: es el único del país certificado como Empresa B

¿Qué significa eso? Que su modelo de negocio está pensado para impactar positivamente en las personas y el planeta. Desde acciones cotidianas como el compostaje hasta proyectos comunitarios de plantación de nativas en plazas de Buenos Aires, Huerta demuestra que los espacios de trabajo también pueden ser motores de cambio.

Huerta demuestra que los espacios de trabajo también pueden ser motores de cambio.
Huerta demuestra que los espacios de trabajo también pueden ser motores de cambio.

Podcast Círculos #13: “Todavía podemos hacer algo por nuestro planeta”

En el episodio #13 del videopodcast Círculos, titulado “Todavía podemos hacer algo por nuestro planeta”, se expone una reflexión que funciona como hoja de ruta para el presente: ya no alcanza con ser sustentables, hay que ser regenerativos. En otras palabras, no se trata solamente de reducir el impacto negativo, sino de asumir un rol activo en la creación de vida, en la restauración de lo dañado y en la regeneración de nuestros vínculos con el entorno.

Esta visión cobra especial relevancia al pensar en nuestras formas de trabajar. En un mundo donde el home office puede aislar y las oficinas tradicionales suelen replicar lógicas poco sostenibles, los espacios de coworking emergen como una alternativa inteligente y comprometida. En ese contexto, Huerta no solo ofrece un lugar donde trabajar, sino una comunidad que comparte valores y un modelo de gestión con impacto positivo. Su propósito como empresa B es claro: demostrar que se puede trabajar distinto, generar valor y, al mismo tiempo, dar vida.

Una conversación urgente: cómo regenerar el presente para asegurar el futuro

En ese mismo episodio de Círculos, Huerta impulsó una conversación profunda junto a dos voces clave del movimiento de triple impacto: Marina Arias, directora ejecutiva de Sistema B Argentina, y Nicki Becker, activista climática de Jóvenes por el Clima.

Bajo la consigna “Si no hay Planeta B, ¿entonces qué hacemos?”, abordaron durante más de una hora los desafíos que impone nuestro estilo de vida sobre el medio ambiente. Hablaron de la tensión entre las economías tradicionales y los nuevos modelos regenerativos, del impacto que generan incluso las decisiones más cotidianas y del rol crucial que pueden asumir las organizaciones comprometidas con una transformación real.

Trabajar distinto, impactar mejor: cómo un coworking reduce tu huella

Elegir trabajar en un coworking no es solo una cuestión de estilo o comodidad, también puede ser una forma de reducir tu impacto ambiental. ¿Cómo? Acá algunos ejemplos concretos:

  • Menor consumo energético: al compartir espacios como cocinas, salas de reuniones, iluminación y climatización, se reduce significativamente el uso de energía por persona en comparación con oficinas privadas o el consumo individual en casa.
  • Movilidad más sustentable: muchos coworkings están ubicados en zonas céntricas o accesibles, lo que permite llegar en bici, transporte público o caminando. En el caso de Huerta, sus sedes fomentan el uso de medios de transporte alternativos y cuentan con bicicleteros y duchas.
  • Cultura de compostaje y reciclaje: a diferencia de muchas oficinas tradicionales, en Huerta el compostaje es parte de la rutina diaria. Lo generado se transforma en tierra fértil para plantar nativas en viveros urbanos, cerrando el ciclo en acciones regenerativas concretas.
  • Consumo responsable: se fomenta la compra colectiva de insumos con bajo impacto ambiental y se priorizan proveedores locales y con certificaciones sustentables, como los productos de empresas B o con sello orgánico.

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