Hemos escuchado mucho sobre los microplásticos, estas pequeñas piezas que están en todas partes: en los mares, en el aire y hasta dentro de nuestra comida. Pero, ¿sabes de qué tipo de productos provienen? Evitar su consumo es fundamental para no seguir contribuyendo a la contaminación del ambiente.

Su nombre proviene del hecho de que son demasiado pequeños como para verlos a simple vista. Se estima que los humanos consumimos más de 100.000 micropartículas de plástico al año. Eso es casi cinco gramos de plástico por semana, 21 gramos por mes y 250 gramos por año.

¿Cómo ocurrió esto? Ocho millones de toneladas de residuos plásticos son depositados en los océanos cada año. Estos desechos se transforman en microplásticos lo suficientemente pequeños como para filtrarse en nuestra comida.

Nuestra salud y la del planeta se ve deteriorada por estas mini-partículas de plástico. En el aire hay más de 300 de ellas por metro cuadrado. Cuando llegan al océano, los microplásticos afectan a la bacteria prochlorococcus, que produce al menos 10% del oxígeno que respiramos.

De qué productos provienen

Existen dos clases de microplásticos: los primarios, que son fabricados específicamente para ser utilizados en productos; y los secundarios, que derivan del proceso de deterioro de desechos plásticos más grandes, como las partes de plástico macroscópicas que conforman la isla de la basura del Pacífico. ​Se ha demostrado que los dos tipos permanecen en el ambiente en altas concentraciones, particularmente en ecosistemas marinos y lacustres.

Hay muchísimos materiales que terminan convirtiéndose en microplásticos, o que dejan plástico en el ambiente:

- El desgaste de los neumáticos contribuye de manera significativa al flujo de plásticos en el medio ambiente.

- Algunos productos exfoliantes de cosmética contienen microplásticos, por lo general en forma de "microperlas" o "micro-exfolia".

- Tejidos sintéticos como poliamida, nailon, poliéster o acrílico liberan microfibras en cada lavado.

- En un estudio, el 93% del agua embotellada de 11 marcas diferentes mostró contaminación microplástica.

Qué podemos hacer

Lo primero que hay que hacer para combatir este tipo de plástico es cambiar hábitos y costumbres en el consumo. Elegir siempre las opciones más amigables con el ambiente de todo lo que consumimos, preferir productos de madera, de bambú y todas las alternativas sustentables a la hora de comer, vestirnos, jugar y en el aseo personal y del hogar.

No se trata de tirar todos los plásticos que tengamos en casa, pero sí debemos tratar de no adquirir nuevos, ni consumir productos que los contengan, y más aquellos que son de un solo uso.

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También hay que intentar generar menos residuos, y poner atención en cuales son los plásticos se pueden reciclar y cuáles no, para poder darles un tratamiento especial, arrojarlos en el cesto que corresponde.

Es urgente poner en práctica nuevas formas de consumo para frenar al plástico, para poder tener mares sin microplásticos, especies menos intoxicadas, suelos libres de bacterias y aire más puro. Se trata de cambiar hábitos y tomar conciencia de lo que está sucediendo.

Fuentes:

Gaia para todos