A fines de agosto comenzaron a llegar residuos de petróleo a la costa noreste de Brasil. Hoy, según las últimas cifras del gobierno federal, ya se han recolectado 525 toneladas. Hay 200 lugares afectados en los estados de Paraíba y Pernambuco.

Muchos de los animales que viven en las costas, principalmente tortugas y aves, han sido afectados por el derrame: el manatí marino, el mamífero con más amenaza de extinción en Brasil, tiene su hábitat en esta región.

"Este desastre está causando destrucción en los ecosistemas marinos y en las comunidades, en los ambientes más icónicos de la costa brasilera", expresaron diversas organizaciones sociales e instituciones en una carta abierta al gobierno brasilero. Entre ellas, se encuentran WWF Brasil, SOS Amazonia, 350.org y el Instituto Brasilero de Biodiversidad (BrBio), entre otras.

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Este viernes, los que vacacionaban en Tamandaré, uno de los principales atractivos turísticos de la costa, se sorprendieron con las manchas de crudo que alcanzaron la arena y los manglares que bordean los casi tres kilómetros de playa salvaje.

"Es un desastre ecológico que nunca habíamos visto y más allá del perjuicio que tenemos como comerciantes que vivimos del turismo, lo que más nos preocupa es el daño a la fauna y flora", comentó a la agencia EFE Elisea da Silva, dueña de un quiosco de bebidas próximo a la playa.

Dada la situación, algunos turistas se sumaron a la limpieza de las costas con tan solo un par de guantes. "Es lo mínimo que uno puede hacer, duele mucho ver lo que pasa con un paisaje tan bonito como este de Pernambuco”, afirmó Joana Simon, que estudia biología en el sur del país y, junto a su familia, decidió unirse a la brigada de limpieza.

En Cabo de Santo Agostinho, 150 voluntarios pasaron todo el domingo limpiando la playa. Para quienes viven cerca del mar, hacerlo fue un impulso natural e incontrolable. Sin embargo, al final del día, la marea alta trajo nuevas manchas de petróleo. WWF Brasil alertó sobre el hecho de que trabajaron sin el equipo de protección adecuado, tomando contacto con agua contaminada.

Si bien el origen del petróleo todavía no se ha confirmado, el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Renovables (IBAMA, por sus siglas en portugués) precisó en un comunicado que el estudio de las muestras reveló que la sustancia es petróleo crudo, no un derivado. Asimismo, se halló que no fue producido en Brasil.

El secretario del Medio Ambiente del estado de Pernambuco, José Antonio Bertotti, indicó que los oceanógrafos de la Universidad Federal de Pernambuco explicaron que una corriente marítima empuja el agua que viene del sur de África y tiene una bifurcación el estado brasileño.

Fuentes:

Efe

WWF Brasil