Ni bien volvió de la Cumbre del Clima en Madrid (COP25), Nicole Becker se reunió con empresarios argentinos para discutir sobre prácticas sustentables. “Si bien a veces me frustra la situación del planeta, busco llevar esa bronca y frustración a la acción”, asegura Nicole, cofundadora de Jóvenes por el Clima.

Hoy, la joven de 18 años -y una de los cinco fundadores del movimiento local-, estudia Derecho en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Sin embargo, su sueño es trabajar en las Naciones Unidas. “Me gusta ponerme objetivos todos los años, pero este año mi vida cambió totalmente. Sueño mucho, visualizo, pero la verdad que ya no me imagino hasta dónde puedo llegar”, sostiene.

Jóvenes por el Clima es un movimiento que hoy suma más de 40 miembros en la Ciudad de Buenos Aires -y varios más fuera de la ciudad- y es el más joven entre los grupos ambientalistas argentinos.

Además, el grupo es clave a la hora de marcar la agenda ambiental en el país. No solo otro de sus creadores, Bruno Rodríguez, dio un discurso junto a Greta Thunberg en la sede neoyorquina de la ONU en septiembre del año pasado, sino que también fueron los principales impulsores de la sanción de la Emergencia Climática y Ecológica -en julio de 2019- y de proyectos de ley como el de la lucha contra el cambio climático, sancionada a fines del año pasado también.

“La crisis climática es un asunto de derechos humanos”

Nicole siempre tuvo una inclinación hacia los movimientos sociales: desde los 8 años, participa en Habonim Dror, un grupo de educación judaica no formal, autogestivo y juvenil. También, formó parte de las movilizaciones a favor de la legalización del aborto y de #NiUnaMenos, colectivo feminista que lucha contra la violencia machista en Argentina.

Sin embargo, en 2019 su foco pasó a ser el ambiental. A principios del año pasado, vio un video de jóvenes en Europa -entre los que se encontraba la activista sueca, Greta Thunberg- y se sorprendió de que en Argentina no hubiera gente preocupándose por la situación ambiental.

Así, poco después, junto a cuatro amigos, crearon Jóvenes por el Clima. El 15 de marzo fue su primera movilización y convocaron a alrededor de 5000 personas.

Transformar la frustración en acción

Si bien por mucho tiempo el ambientalismo fue criticado en los países en desarrollo por ser considerado “elitista”, Nicole -al igual que la mayoría de los jóvenes- asegura que ellos vinieron a “resignificar la lucha climática”.

"Cuando nosotros hablamos de la crisis climática, la entendemos de otra forma: como un problema totalmente social y una violación de derechos humanos", sostiene.

Y agrega: “Antes, se creía que la responsabilidad recaía en cada ciudadano; pero en el contexto en el que vivimos, no podemos apuntar a que la solución son las acciones individuales, sino que debemos cambiar el foco: la solución debe venir de un cambio en el sistema”.

“En Argentina, el mayor problema que tenemos es el financiamiento de las multinacionales que explotan la tierra con el fracking: el 56% de emisiones Argentina viene del sector de energía”, explica. Por eso, Nicole cree que la solución debe venir desde la estructura -gobiernos y empresas, principalmente-.

¿Y qué podemos hacer desde nuestro lugar? Para Nicole, es fundamental cuestionarse las propias formas de consumo y participar de las movilizaciones masivas. “Para mí, lo más importante es intentar influir en el entorno en el que estés, pensando lo más macro posible, sea en el lugar donde trabajes, en la escuela o en la universidad”, concluye.