Roca de 2.000 millones de años revela un hallazgo increíble: en las profundidades del Complejo Ígneo de Bushveld, un grupo de investigadores de la Universidad de Tokio encontró microorganismos que habían permanecido ocultos durante 2 gigaaños. El descubrimiento, publicado en Microbial Ecology, abre una ventana al pasado más remoto de la vida en la Tierra.

Microbios atrapados en el tiempo

Los científicos perforaron cerca de 15 metros bajo la superficie y extrajeron un núcleo de roca de 30 centímetros. Dentro de pequeñas fracturas, encontraron microorganismos que habían quedado atrapados en minerales de arcilla, aislados por completo del mundo exterior.

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Un científico muestra una roca recolectada bajo luz cálida. (Imagen representativa: Getty Images | Pablo Jeffs Munizaga Fototrekking)
Un científico muestra una roca recolectada bajo luz cálida. (Imagen representativa: Getty Images | Pablo Jeffs Munizaga Fototrekking)

El papel del magma en esta historia

Hace miles de millones de años, el magma que ascendía desde el manto terrestre formó capas de roca ígnea que se solidificaron como un “pastel geológico”. Allí, los microbios quedaron sellados como cápsulas del tiempo biológicas, sobreviviendo en condiciones extremas durante eras enteras.

La primera evidencia de vida tan antigua

Según la BBC, este es el ejemplo más antiguo de microorganismos vivos hallados en una roca terrestre. Hasta ahora, lo más antiguo documentado eran bacterias en un depósito de 100 millones de años bajo el lecho marino. El salto temporal es enorme y reescribe lo que sabíamos sobre la habitabilidad de la Tierra primitiva.

Dado que los microbios no podían obtenerse con técnicas convencionales, los investigadores utilizaron el método del “núcleo de perforación”. Al abrir cuidadosamente la roca en laboratorio, los diminutos organismos emergieron, revelando su ADN y ofreciendo pistas sobre cómo evolucionó la vida en nuestro planeta.

Una conexión inesperada con Marte

Lo más sorprendente es que este hallazgo podría estar vinculado con el planeta rojo. Estudios de la NASA sugieren que hace entre 2.000 y 2.500 millones de años, Marte tuvo agua líquida. Si así fue, sus condiciones podrían haber sido similares a las de los microbios atrapados en las rocas sudafricanas, lo que refuerza la hipótesis de vida microbiana marciana.