Tráfico de tortugas en alza: la Amazonía está bajo amenaza. El 9 de mayo, una caja con reptiles de río (Podocnemis unifilis), también llamadas petas, fue hallada en un mercado de Cochabamba. Su destino era La Paz y luego Chile. Esta especie es cada vez más traficada hacia Brasil y Perú, donde su carne y huevos se cotizan hasta en 50 dólares. Las autoridades bolivianas buscan frenar esta actividad con operativos y programas de conservación.
Características de la especie
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La peta de río es la segunda tortuga más grande de su género, solo detrás de la Tataruga. Los machos miden hasta 33,5 cm y las hembras hasta 50 cm, con un peso de entre 9 y 12 kilos. Son reconocidas por las manchas amarillas en su cabeza y su modo de retraer el cuello hacia un costado, ya que no pueden esconderlo completamente.
Hábitat y distribución

Esta especie vive en las cuencas del Amazonas y el Orinoco, presentes en Bolivia, Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador, entre otros. En Bolivia, se encuentra en Pando, Beni, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. El Libro Rojo de la fauna vertebrada del país la cataloga como "Vulnerable".
Las playas cálidas de los ríos amazónicos son ideales para que las petas depositen sus huevos. Sin embargo, este ciclo natural es interrumpido por cazadores que saquean nidos para vender huevos y carne. En algunas zonas extraen hasta 50 nidos en una sola incursión. Cada huevo puede valer hasta 1 dólar en el mercado negro.
Programas de conservación
En la Reserva de Manuripi (Pando), se ejecutan planes de repoblamiento: los huevos recolectados se incuban en playas artificiales para protegerlos y liberar crías después de tres meses. Se busca asegurar la supervivencia de la especie a largo plazo.
La carne y los huevos son trasladados hacia Perú a través de Puerto Maldonado, y hacia Brasil cruzando desde Cobija. En Cachuelita, una comunidad selvática, los traficantes venden tortugas a 300 reales (unos 50 dólares). El lugar también es foco de otros delitos como narcotráfico y contrabando.
Según el CIRA, esta especie funciona como un indicador biológico por su sensibilidad al entorno y es clave para la dispersión de semillas en bosques inundables, gracias a su dieta frugívora. Los huevos se consumen por sus supuestas propiedades afrodisíacas, la carne en distintos platos, y el aceite de su grasa se usa con fines medicinales. También se emplean los caparazones como ornamento.
Marco legal
La legislación boliviana prohíbe la captura y comercialización de fauna silvestre. Las penas alcanzan los seis años de cárcel según el Código Penal. En Pando, además, hay una veda anual entre julio y diciembre para proteger a la especie durante su época reproductiva.