Hay comidas que simplemente son irresistibles para la mayoría de las personas. Pizza, hamburguesas, patatas fritas y helado son de las más comunes. Quizás no es una coincidencia que la mayoría de estos alimentos sean también malos para la salud si los comemos con frecuencia.

Un estudio de la Universidad Estatal de Colorado realizó una serie de experimentos y determinó cuáles son las 10 comidas más irresistibles, y ofreció las razones científicas por las que nos cuesta tanto decirles que no.

[También podría interesarte: Estos son los alimentos que debes evitar si sufres de acidez estomacal]

Existe un compuesto llamado caseína que está presente en los alimentos de origen lácteo, y tiene una concentración particularmente alta en el queso. La caseína es adictiva, y su efecto corporal es similar al de un opioide. Es decir, que comer queso genera un efecto similar -aunque con efectos mucho menos potentes- a consumir drogas.

Según los expertos, esto sucede para que los mamíferos se sientan atraídos hacia la leche materna.

El efecto de los pasteles es doble. No solo se trata del placer que genera la mezcla de azúcar y grasas, sino que con frecuencia los asociamos con cumpleaños y celebraciones similares, y buscamos esa felicidad cuando los consumimos.

Según los especialistas, al tener altos grados de azúcar y cafeína, los refrescos tienen un efecto similar al de la heroína. La sensación placentera que generan, y el hecho de que realmente no sacian nuestra sed se combinan para causar una sensación de adicción muy potente.

Ya explicamos por qué el queso es adictivo, pero cuando lo combinas con los carbohidratos del pan, el azúcar del kétchup y la carne obtienes una bomba que inevitablemente se vuelve adictiva.

Sabíamos que las patatas fritas estarían en la lista, ¿cierto? Era imposible que no lo estuvieran, y con razón: la sal es el ingrediente activo de su poder adictivo. Al igual que el azúcar, la sal puede combatir la producción de cortisol -hormona que se libera por el estrés- y tener un efecto calmante y placentero. Por supuesto, son terribles para tu cuerpo en grandes cantidades.

Como mencionamos, los lácteos son adictivos, y su combinación con azúcar y grasas potencian tu dependencia a ellos. Pero, además, hay dos factores más o menos únicos en los helados: la textura y la temperatura. Al ser fríos, suelen ser refrescantes, y su textura cremosa genera una sensación de placer sin igual.

Los investigadores han determinado que las galletas pueden “engañar” a nuestro cerebro para reducir la sensibilidad de nuestros receptores de dopamina, lo que nos hace más propensos a su combinación de azúcar, textura y otros ingredientes adictivos.

Las patatas fritas contienen grasa, sal y carbohidratos, una combinación muy adictiva, pero además suelen ser crujientes, y venir acompañadas de alguna salsa igualmente sabrosa. Todo esto es lo que hace científicamente imposible resistirse a las frituras.

Sería difícil encontrar a alguien a quien el chocolate no lo vuelva loco, principalmente debido a su contenido de grasas y azúcar, que generan una sensación de placer y bienestar en el cerebro.

La reina definitiva de todas las comidas adictivas, según los investigadores. Esto se debe a su combinación de ingredientes: queso fundido, harina de trigo y salsa. Además, habría que añadir que muchas pizzas están hechas a la medida de quien las pide, y eso hace a este plato italiano aún más adictivo.

[También podría interesarte: 5 superalimentos antiguos que todavía son populares en Grecia]

¿Cuál crees tú que es la comida más adictiva de todas? ¿Está en la lista? Cuéntanos lo que piensas y comparte con tus amigos.

Fuente:

Genial Gurú