El sushi ha permitido que la gastronomía japonesa llegue a todos los rincones del planeta. De hecho, se trata de una de las comidas más populares del mundo. Pero si la crisis climática sigue avanzando como hasta ahora, muchos podrían quedarse sin su plato favorito.

El incremento de la temperatura del mar, producto del cambio climático, está afectando seriamente a la producción de algas nori. Como todo buen amante del sushi sabrá, estas algas son uno de los principales ingredientes de la tradicional comida de Japón.

Más de 600 km² de litoral costero del país nipón son utilizados para cultivar 350 000 toneladas de alga nori. El producto final de esta industria que mueve miles de millones al año es la lámina negra y seca, fina como el papel, que todos conocemos.

El cultivo se realiza en granjas marinas que deben estar resguardadas de las tormentas y las olas, ubicarse en aguas poco profundas y a una temperatura de hasta 23 grados centígrados. Es por eso que al aumento de la temperatura del mar ha encendido de las señales de alerta.

Las algas nori se desarrollan muy rápido: solo se requieren 45 días desde la siembra hasta la primera cosecha. Sin embargo, son tan frágiles que se debe esperar a que el agua tenga la temperatura perfecta para iniciar la siembra. Esto se hacía entre septiembre y octubre, pero ahora, con el calentamiento del mar, se ha desplazado hasta noviembre. Al retrasar la siembra, se reduce el período de producción.

Las cosechas tampoco son como antes. Las lluvias aportan nutrientes al mar y, como llueve menos, muchas algas crecen menos de lo que deberían, son más pálidas y no tienen tanto sabor, por lo que los productores no pueden venderlas.

Hay otro factor más que afecta la calidad del producto, y tiene que ver con las medidas que tomó el gobierno de Japón en su afán por reducir la contaminación de los ríos. El problema es que limpiaron demasiado el agua, y ahora cuando llega al mar, no contiene los nutrientes que necesitan las algas.

El hecho de que el sushi se ubique entre los platos más populares del mundo también agrava la situación, porque aumenta la demanda a un nivel difícil de satisfacer. Lo que está en riesgo, en última instancia, son los puestos de trabajo de pueblos enteros, pues la producción de algas nori es uno de los motores económicos de Japón.

Un verdadero tesoro del mar

Las algas en general son consideradas como superalimentos. Esto quiere decir que corremos el peligro de perder un producto que tiene muchísimos beneficios que ofrecernos.

En particular, las algas aportan 50 veces más hierro que la espinaca, por lo que son un alimento excelente a incorporar en las dietas que excluyen la carne. También son ricas en vitamina C, calcio y antioxidantes. El alga nori, en particular, tiene muchas proteínas.

Una de las posibles soluciones a este problema en su producción sería mover las granjas hacia las áreas más frías de Japón, que se encuentran al norte. Sin embargo, esto implicaría cambiar el problema de la temperatura por la vulnerabilidad a tempestades, lo cual requeriría de una gran inversión para crear estructuras que resguarden los cultivos.

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