Aunque parece sacado de un cuento mágico, este árbol es real. Nació como un proyecto de un profesor universitario, científico y artista estadounidense llamado Sam Van Aken, que decidió unir distintas especies frutales en una sola. Por eso éste es conocido como el “árbol Frankenstein”.

Además de ser muy bonito, en él crecen ciruelas, cerezas, melocotones y otros frutos, ¡juntos! 

Mediante injertos precisos, este profesor de arte de la Universidad de Syracuse logró un árbol que puede producir 40 frutas de hueso o drupas distintas (como ciruelas y melocotones). Para esto fue fundamental el consejo y la guía de otros profesionales, y la ventaja natural de que muchos de estos frutales poseen una estructura cromosómica similar, pudiendo unirse en el mismo árbol madre.

El primer árbol fue plantado en el 2011 y se pueden encontrar en Arkansas, Kentucky, Maine, Massachusetts, Nueva Jersey, Nueva York y Pensilvania.

Cada uno de estos árboles son verdaderos tesoros de frutas que ya no se encuentran disponibles en el mercado con tanta facilidad. Por eso, además de ser una obra de arte, el proyecto de este profesor se ha vuelto una iniciativa de conservación que, por otra parte, también podría llegar a implicar un ahorro de espacio para las huertas.

En primavera, quienes pasan por delante de alguno de los 16 árboles que ya ha plantado Van Aken pueden disfrutar de sus colores rosas, violetas y blancos, y luego, ¡de sus frutas! Las texturas y colores que se conjugan con los sabores hacen de éste, un árbol único en el mundo.

Tú también puedes aprender cómo convertir un árbol en un frutal o cómo plantar frutales en macetas.