El ser humano ha tenido una larga relación con la carne animal. Históricamente la caza lo hizo salir de África, conocer todos los continentes y recorrerlos de punta a punta hasta poblar todo el planeta. Por eso muchos dicen que el consumo de carne está en nuestros genes. Pero eso fue hace miles de años, y hoy la realidad es otra.

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El problema de la carne

El consumo de carne es una de las formas más destructivas en las que dejamos una huella en el planeta, asegura un estudio respaldado por ONU Medio Ambiente. Según señalan, si las vacas formaran un país, sería el tercero en emisiones de gases de efecto invernadero.

Producir una sola hamburguesa requiere alrededor de 1.695 litros de agua. Además de aumentar los gases contaminantes que influyen en el cambio climático, la cría de vacas contribuye a la deforestación y al desplazamiento de comunidades rurales e indígenas. También, cuando se hace a larga escala, puede llegar a afectar la salud humana.

“En el núcleo del problema ambiental está en la forma en que se produce la carne y, de manera crucial, se consume. Debemos explorar formas de lograr un equilibrio ecológico. Reducir el consumo intensivo de carne producida industrialmente es bueno para todos y para el planeta”, asegura James Lomax, oficial de gestión de programas de sistemas alimentarios sostenibles de ONU Medio Ambiente.

Alternativas

Se espera que la mayor parte de la carne que las personas consuman en 2040 no provenga de animales sacrificados, según un informe de la consultora AT Kearney. Allí también se estima que el 60% provendrá de células cultivadas in vitro o de productos de origen vegetal que simulen la apariencia y gusto de la carne.

¿Por qué se daría este cambio? El estudio explica que la preocupación por los impactos ambientales de la industria cárnica hacen que cada vez más personas dejen de consumir carne.

"Con las ventajas de los nuevos sustitutos de carne vegana y de la carne cultivada sobre la carne producida de manera convencional, es solo una cuestión de tiempo antes de que capturen una cuota de mercado sustancial", explica el informe.

Patrick O’Reilly ​​​​Brown, fundador de Impossible Foods, compañía que desarrolla sustitutos a base de plantas para la carne y los productos lácteos, considera que el consumo de carne es el verdadero problema ambiental, pues es una práctica inhumana, innecesaria y bastante contaminante.

Con la convicción de que muchas personas nunca dejarían de consumir carne por su sabor, textura y olor, no creó una hamburguesa de soya o frijoles que sólo tuviera la apariencia de una hamburguesa de carne. El equipo de O’Reilly ​​​​Brown obtuvo todos los componentes que hacen a la carne, creando lo que ellos llaman "la hamburguesa imposible": todo el sabor de la carne, sin ningún rastro animal.

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Beyond Meat es otra empresa que ha trabajado para demostrar que los cambios no tienen que ser radicales, sino que podemos encontrar soluciones que se adapten a nuestras preferencias y aún así ayudar al planeta.

Su fundador, Ethan Brown, siempre se preguntó cómo hacer que el ambiente dejara de sufrir por culpa del ser humano. Al entender que el consumo de carne estaba destruyendo nuestro planeta, buscó la solución y la encontró en la creación sintética de carne a través de raíces, chícharos, aceite de coco y más.

Los fundadores de ambas empresas consideran que la comunidad global puede eliminar la necesidad de animales en el sistema alimentario cambiando la proteína por alternativas vegetales. Por su trabajo pionero para reducir nuestra dependencia de los alimentos de origen animal, Ethan Brown y Patrick O’Reilly Brown han sido seleccionados Campeones de la Tierra 2018 en la categoría de ciencia e innovación.

La buena noticia es que estas acciones están teniendo éxito. A pesar de que la producción de este tipo de carne aún se limita a Estados Unidos y algunas regiones de Europa, la demanda es bastante alta, y la inversión para crear más y exportarla es una realidad.

¿Qué piensas de estas alternativas?

Fuentes:

UN

UN Enviroment

ABC