No es la Tierra: la NASA detecta un océano en el sistema solar gracias a un equipo de investigadores de la filial norteamericana.
los especialistas hallaron un mar salado y subterráneo en Calisto, una de las lunas de Júpiter. Este hallazgo podría cambiar nuestra comprensión sobre la habitabilidad fuera de la Tierra.
¿Dónde se encuentra este océano oculto?
El océano descubierto no está en la Tierra, sino en Calisto, la segunda luna más grande de Júpiter. Investigadores sugieren que este océano podría indicar la presencia de cuerpos capaces de albergar vida en otros rincones del sistema solar. Por eso, Calisto se ha convertido en un objetivo prioritario para misiones espaciales y estudios científicos.
El fondo de la Antártida enfrenta daños por el turismo
Cómo lo detectó la NASA
El equipo liderado por Corey J. Cochrane publicó en AGU Advances que utilizaron datos históricos de la misión Galileo, obtenidos durante sobrevuelos de Calisto en 1990.
Revisaron mediciones magnéticas que mostraban la interacción entre el campo magnético de Júpiter y una capa conductora en la luna. Tras un análisis exhaustivo, descartaron que estas señales fueran solo un efecto de la ionosfera. Concluyeron que existía un océano subterráneo, protegido por una capa de hielo variable en grosor.
Qué sabemos sobre este océano subterráneo
El estudio indica que el océano de Calisto es profundo y extenso, con decenas de kilómetros de agua bajo su superficie helada. Este descubrimiento sugiere que incluso lunas alejadas de la Tierra podrían tener las condiciones necesarias para la vida.
Próximos pasos en la exploración espacial
A pesar de las evidencias prometedoras, se necesitan más misiones y datos para confirmarlo:
- Europa Clipper de la NASA
- JUICE (Jupiter Icy Moons Explorer) de la Agencia Espacial Europea
Estas misiones serán clave para estudiar la habitabilidad de lunas de Júpiter y confirmar la existencia de océanos subterráneos como el de Calisto.
Impacto científico
Si se confirma la existencia de este océano, sería un hito histórico:
- Ampliaría nuestra comprensión de los cuerpos habitables en el sistema solar.
- Abriría nuevas posibilidades sobre la existencia de vida fuera de la Tierra.
- Reforzaría la importancia de seguir explorando lunas como Europa y Calisto.
Este hallazgo demuestra que, incluso en lugares lejanos y aparentemente inhóspitos, la ciencia sigue encontrando sorpresas que cambian nuestra visión del universo.