En este mundo hay dos tipos de personas: las que se bañan por la mañana y las que se bañan por la noche. Cada cual tiene sus motivos para elegir una u otra opción, pero lo cierto es que todos están convencidos de que su costumbre es la mejor.

¿Hay un horario ideal para bañarse? ¿Hay alguna diferencia entre hacerlo a la mañana o a la noche?

Pues sí, es diferente en cuanto a beneficios físicos y psicológicos, pero ambas tienen sus ventajas. Para saber realmente cuál de las dos opciones es mejor, es necesario compararlas y decidir cuál es más apta para nosotros.

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Beneficios de bañarse por la mañana


Para las personas que tienen problemas para despertarse y que, en general, no sienten que su día ha arrancado hasta media mañana, esta puede ser la mejor opción. Nadie puede negar que bañarse temprano ayuda a comenzar el día y espabilarse.

En especial en días muy calurosos, tomar una ducha a la mañana permite renovar la sensación de frescura y limpieza.

Eso siempre es algo bueno a la mañana, porque ayuda a que nos activemos con mayor rapidez y a que todas nuestras funciones vitales empiecen a funcionar con plenitud desde temprano. No solo te sentirás más despierto, sino también más vivaz.

Bañarse por la mañana no solo estimula tu cuerpo, sino también tu cerebro. De este modo, hacerlo al despertar puede ser una gran opción para aquellas personas que tienen trabajos que requieren concentración y pensamiento.

A menos que trabajes de modo freelance y manejes tus horarios, o que seas una persona muy previsora, casi siempre tendrás menos tiempo para la ducha en la mañana. Es que son pocos los que se levantan mucho antes solo para tomar un baño. En consecuencia, es posible que no la disfrutes tanto como podrías.

Ventajas de bañarse por la noche

Quienes sufren insomnio deberían elegir la noche como hora de baño. ¿Por qué? Pues porque el agua tibia ayuda a que te relajes después de un día agitado, ayuda a descontracturar los músculos y, en general, a liberar tensiones del cuerpo. Si usas algún aromatizador, mucho mejor.

Aquellas personas alérgicas al polvo o al polen deberían bañarse por la noche, pues esto asegura irse a la cama libre de agentes alergénicos. En cambio, si te bañas por la mañana, luego acumulas esas partículas durante el día y te acompañan hasta la hora de irte a la cama.

Quienes se bañan por la noche pueden usar ese momento como un verdadero mimo para ellos mismos. No solo como una herramienta de higiene, sino también como un momento propio.

Al dormir, nuestro cuerpo regenera toda esa energía que gastamos durante el día, y eso también beneficia el aspecto de nuestra piel. Dormir con la cara lavada y el cuerpo limpio ayuda a que se vea espectacular e hidratada.

Entonces, ¿cuál es mejor?


Bañarse en cualquier horario está bien, pero seguramente hay uno que se adapta mejor a tu estilo de vida y a tus necesidades. ¡Ese es el mejor para ti!

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Y tú, ¿Te bañas por la mañana o por la noche?

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Fuente:

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