En estos tiempos de noticias inquietantes, es posible que te hayas sentido abrumado por la tristeza, la ira o incluso al borde de las lágrimas al ver las noticias. La empatía, la capacidad de conectarse emocionalmente con otros, es una herramienta poderosa, pero puede tener desventajas. Aprender a practicar una empatía saludable es esencial.

La empatía es vital para construir relaciones sólidas y sentirnos más conectados con los demás. Además, se asocia con una mayor autoestima y propósito en la vida. Sin embargo, la empatía emocional, que implica compartir sentimientos con otros, puede volverse abrumadora, especialmente cuando priorizamos las emociones de los demás sobre las nuestras.

Sin embargo, la empatía en exceso puede llevar a problemas de salud mental, como ansiedad y depresión. Es fundamental encontrar un equilibrio entre empatía y compasión, que implica actuar para aliviar el dolor de los demás sin perder el sentido de nuestro yo.

Los efectos en el cuerpo

El impacto de la empatía va más allá de lo emocional. Se ha documentado que tener altos niveles de empatía puede conducir a la inflamación crónica y una inmunidad más baja. Además, cuando nos identificamos con los demás, nuestros corazones tienden a latir al mismo ritmo. La empatía puede generar fatiga por compasión, un agotamiento emocional relacionado con sentir el sufrimiento de otros.

Es importante destacar que la empatía y la compasión son procesos cerebrales diferentes. La empatía emocional involucra áreas cerebrales asociadas con emociones negativas, mientras que la compasión se relaciona con emociones y acciones positivas.

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La importancia de la compasión

Es esencial comprender la distinción entre empatía y compasión. La compasión es el antídoto contra la angustia que experimentamos cuando nos identificamos con el sufrimiento de otros. La compasión nos permite actuar para ayudar sin sentirnos abrumados por las emociones negativas.

La compasión se define como empatía más acción para aliviar el dolor de otra persona. Al practicar la compasión, podemos distanciarnos de las emociones negativas y sentir el deseo de ayudar. La compasión no reduce las emociones negativas, sino que aumenta las activaciones cerebrales relacionadas con emociones positivas como el amor, la esperanza y la conexión.

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Cuatro formas de practicar la compasión

Fuente: bbc.com.