La ciencia lo confirma: la música alivia el dolor: escuchar una melodía que nos conmueve no solo nos emociona, también activa el sistema opioide del cerebro, el mismo que interviene en el placer, la motivación y la modulación del dolor.

Un hallazgo clave: la música enciende el sistema opioide del cerebro

Desde rituales ancestrales hasta playlists para relajarse, la música siempre ha estado ligada al bienestar. Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad de Turku (Finlandia) demuestra algo aún más profundo: la música placentera activa directamente los receptores opioides del cerebro humano, liberando sustancias asociadas al placer y al alivio del dolor.

El trabajo, publicado en European Journal of Nuclear Medicine and Molecular Imaging, es el primero en mostrar esta activación de forma directa en humanos.

Cómo se estudió: PET + fMRI para ver el cerebro en acción

Para medir esta respuesta, los investigadores usaron tomografía por emisión de positrones (PET) y resonancia magnética funcional (fMRI).

Las participantes —todas mujeres jóvenes— escucharon música emocionalmente significativa mientras se evaluaba la disponibilidad de receptores μ-opioides mediante el trazador [11C]carfentanil.regiones como el núcleo accumbens, la corteza orbitofrontal, la amígdala y el tálamo mostraron intensa liberación de opioides endógenos durante la escucha.

Revelan una célula inmunitaria que rejuvenece tejidos

Una nueva puerta para entender el poder del arte. (Imagen: Pinterest)

Chills musicales: la huella física del placer cerebral

El estudio también examinó los famosos chills o escalofríos musicales. Quienes experimentaron más escalofríos mostraron mayor liberación de opioides en el núcleo accumbens, un centro clave en la recompensa.

Además, se registraron cambios en pupilas, frecuencia cardíaca y otras respuestas fisiológicas que confirmaron la intensidad del placer.

Cada cerebro, una experiencia distinta: diferencias individuales

Las imágenes de fMRI revelaron que las personas con una mayor disponibilidad basal de receptores opioides responden más intensamente al placer musical.

Esto sugiere que cada cerebro tiene una química única que define qué tan fuerte nos impacta una canción, reforzando que el disfrute musical combina biología, historia personal y cultura.

Qué significa para la salud mental y el alivio del dolor

El hallazgo tiene implicaciones terapéuticas:

La música podría actuar como analgésico natural, al activar los mismos circuitos que modulan el dolor.

Podría integrarse en tratamientos para ansiedad, depresión, anhedonia o estrés, como herramienta emocional y neuroquímica. Su impacto en el sistema de recompensa la vuelve especialmente útil para terapias no invasivas.

Una nueva puerta para entender el poder del arte

Aunque el estudio se realizó solo con mujeres jóvenes y queda camino por recorrer, su metodología y resultados robustos abren una nueva etapa en la neurociencia del arte.