Alexitimia, el trastorno de las emociones bloqueadas: cada vez más personas se enfrentan a la dificultad de conectar con sus sentimientos. La alexitimia, un término poco conocido, explica por qué algunos no pueden poner en palabras lo que sienten.
En el mundo de la salud mental, el término alexitimia comienza a resonar con más fuerza. Se trata de una condición psicológica que describe la dificultad persistente para identificar y expresar emociones propias. Su origen proviene del griego a-lexis-thymos, que literalmente significa “sin palabras para los sentimientos”.
Este rasgo —que puede manifestarse en distintos grados— no implica la ausencia de emociones, sino la incapacidad de reconocerlas, nombrarlas o comunicarlas con claridad. Quienes conviven con alexitimia pueden parecer fríos, indiferentes o desconectados, cuando en realidad están emocionalmente desorientados.
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¿Cómo se manifiesta la alexitimia?
Las personas con alexitimia pueden:
- Sentir malestar físico sin poder vincularlo con una emoción.
- Tener problemas para empatizar o comprender los estados emocionales ajenos.
- Evitar conversaciones emocionales o responder con frases vacías.
- Parecer excesivamente racionales o analíticos en situaciones que requieren conexión emocional.
En muchos casos, esta dificultad afecta las relaciones personales y laborales, ya que la comunicación emocional es clave en los vínculos humanos.
¿Es una enfermedad?
No. La alexitimia no se considera un trastorno mental en sí, sino un rasgo psicológico que puede estar presente en diversos contextos, como:
- Trastornos del espectro autista (TEA)
- Depresión o ansiedad crónica
- Trastornos psicosomáticos
- Personas con historial de trauma emocional o negligencia afectiva
- También puede surgir de forma transitoria tras experiencias intensas o durante períodos de alto estrés.
¿Tiene tratamiento?
Aunque no existe una cura específica para la alexitimia, sí hay abordajes terapéuticos que pueden ayudar:
- Psicoterapia con enfoque emocional o cognitivo-conductual.
- Técnicas de conciencia corporal y emocional, como mindfulness.
- Talleres o ejercicios de inteligencia emocional.
El primer paso es reconocer la dificultad y pedir ayuda profesional. Comprender que no es “falta de interés” o “frialdad” sino una condición específica permite eliminar el estigma y trabajar sobre ella.
¿Cómo saber si soy alexitímico?
Existen test psicológicos validados, como el TAS-20 (Toronto Alexithymia Scale), que permiten evaluar el nivel de alexitimia. Sin embargo, su interpretación debe ser realizada por un profesional de la salud mental.
Entender la alexitimia es clave en una sociedad que cada vez exige más habilidades emocionales. Aprender a identificar lo que sentimos no solo mejora nuestra calidad de vida, sino también la de quienes nos rodean.