Muchas veces lo satisfechos o felices que nos sentimos con nuestras propias vidas depende en gran parte de nuestra actitud. Hay quienes se sienten vacíos o infelices a pesar de ser o poseer lo que muchos desearían, mientras que otros que se encuentran en condiciones que muchos quisiéramos evitar están perfectamente en equilibrio con sus vidas.

Existe, además, otro factor al que casi nadie escapa: el “qué dirán”. Somos seres sociales y es casi imposible aislarnos por completo de la sociedad. Con frecuencia lo que se piensa y dice de nosotros influye en nuestro bienestar mental y emocional, para bien o para mal.

Para que tengamos una vida en la que podamos disfrutar ser nosotros mismos, existen algunas maneras de hacer oídos sordos a comentarios externos que muchas veces no sirven para nada más que hacernos sentir mal.

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Conoce tu propio valor

El no darse crédito o menospreciar nuestras cualidades es un mal bien conocido: se llama baja autoestima. Puede tener raíces muy profundas en la infancia y dificultar las relaciones personales o hacernos más vulnerables a comentarios que deberíamos ignorar.

Quizá nuestros pasados y los años de formación dejaron una huella profunda en lo que somos, pero desde entonces la vida ha continuado y hemos adquirido nuevas habilidades, nuevas experiencias, que nos ayudan a afrontar las dificultades con mejor actitud.

Lo mejor será conocernos bien, aprende que somos “suficiente” así como somos, que somos válidos. Evaluémonos de forma real y otorguémonos el valor que nos merecemos.

Toma la responsabilidad de lo que te corresponde

Es necesario que aprendamos a distinguir las cosas que corresponden a nuestra voluntad, nuestra responsabilidad y nuestra influencia, de aquellas que no. Sobre unas tenemos no solo el derecho, sino también la obligación de actuar, mientras que sobre las que no tenemos ningún poder, no podemos hacer realmente nada. Por más que dediquemos todos nuestros esfuerzos, el intento de cambiarlas será en vano y no se obtendrá más que frustración.

Si entendemos que existen algunas cosas en la vida que son más importantes que lo que corresponde a lo que hacen los demás, podemos llegar a conocernos mejor a nosotros mismos.

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Reconoce la importancia de tus emociones

Si algo nos forma como personas, eso es nuestro conocimiento, nuestra experiencia y nuestras emociones.

Conocer y entender nuestras emociones al nivel más profundo es una habilidad muy importante. Saber por qué reaccionamos de cierta manera y no de otra es una cualidad de las personas con una inteligencia emocional alta, una destreza sumamente valiosa que nos acompañará y apoyará por toda nuestra vida.

No permitamos que otros conozcan mejor nuestras emociones que nosotros mismos, sobre todo cuando lo hacen con la intención expresa de hacernos mal y no de apoyarnos en nuestro crecimiento continuo.

Haz tu mejor esfuerzo

Muchas veces no tomamos conciencia de todo lo que implica esforzarse, darlo todo por conseguir un objetivo. Ponemos en juego nuestros recursos, posibilidades de acción, limitaciones, el marco de realidad en el cual nos desempeñamos, entre otras cosas.

Evaluando estas condiciones podemos determinar de forma realista cuando realmente hemos dado nuestro mejor esfuerzo por algo, y al menos tener la conciencia limpia en este sentido. No siempre podemos alcanzar los objetivos que nos planteamos, quizás por algunas circunstancias que nos impidieron llegar más lejos.

Lo que se aprende en el proceso es invaluable y nunca debemos sentirnos avergonzados de haberlo intentado, incluso si no lo logramos al primer intento.

Todos nos equivocamos, de diversas maneras

El error es parte de la realidad de ser un humano. Sin embargo, hay quienes toman estos “fracasos” como algo de que avergonzarse.

Nada de eso es cierto: los errores solo son un punto de partida que te permitirá aprender más sobre ti mismo y te ayudará a manejar mejor tus emociones, tus patrones mentales, tu control sobre ti mismo, etc. El miedo al fracaso nos aleja de muchos triunfos.

Con esto de ninguna manera queremos decirte que te vuelvas sordo a todos los comentarios que se dirigen hacia ti. Eso también sería negativo y te alejaría de recibir consejos reveladores sobre tu carácter y mucho más.

Sin embargo, debemos desarrollar un sentido de independencia lo suficientemente fuerte como para que los comentarios por demás inútiles o malintencionados nos “reboten” sin ejercer la más mínima influencia sobre nosotros.

¿tienes otros consejos para que no te importe lo que demás piensen de ti? ¡Cuéntanos!

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