La localidad se llama Utqiagvik. Esta ciudad de Alaska no verá el sol por mucho tiempo. De hecho, esta fase de oscuridad constante se prolonga durante más de sesenta días. Sin duda, debe ser una experiencia fuera de lo común esta peculiar situación.
Los residentes de la zona, de hecho, tienen una costumbre: ver la salida del sol y despedirlo. Desde este miércoles 18 de noviembre hasta el 22 de enero el astro solar no aparecerá por esa zona.
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Ubicada al norte del círculo polar Ártico
Así se encuentra la localidad de Utqiagvik. Sucede que, con la inclinación del eje terrestre, durante cierta época del año simplemente no recibe luz solar. Es algo inusual que, por ejemplo, no sucede en territorios cercanos al trópico.
Lo cierto es que esta ciudad de Alaska está acostumbrada a estas largas noches. Situada a 510 kilómetros del Círculo Polar Ártico, apenas supera los 4.000 habitantes. Una situación similar pasa con otras localidades en una posición geográfica análoga.
Este fenómeno se repite en sitios como Dikson en Rusia, o el asentamiento de Finnmark en Noruega. Ciertamente, todo territorio apostado en una latitud superior al Círculo Polar Ártico experimenta anualmente estas noches de 60 días de duración.
Un poco de luz en la penumbra de dos meses
No se trata de una oscuridad cerrada. Por ejemplo, se aprecia el llamado “crepúsculo civil”. Cada día, en el horizonte, se aprecia una luminosidad tenue: parecida al amanecer o al ocaso. ¡Pero más nada!
En dado caso, lo que si resulta interesante son las auroras boreales. Se trata de un bello espectáculo celeste. Son cinturones luminosos que cruzan el cielo, dando uno de los efectos de la naturaleza más llamativos.
Todo esto hace que la noche larga de Alaska pueda parecer exótica e interesante. Por eso, hay viajeros que se animan a trasladarse hasta Utqiagvik en esta época del año. Solo así pueden ver las auroras boreales y experimentar una larga nocturnidad.
Un planeta interesante y variado llamado Tierra
¡Por eso tenemos la responsabilidad de cuidarlo! Contrarios a los trópicos, que son de luz perenne, sucede que zonas como Utqiagvik nos ofrecen una penumbra de sesenta días con espectáculos celestes.
La Tierra tiene mucho que ofrecernos: mares, desiertos, selvas, islas, archipiélagos y todo un cúmulo de escenarios. Cada uno de sus rincones tiene un toque de magia escondido. Hay que preservarla de la contaminación y de nuestros propios efectos.
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¿Te gustaría experimentar una noche tan larga? Sin duda, es algo que vale la pena vivir. Además, nos muestra que la geografía terrestre albera variedad de experiencias. ¡Debemos cuidar nuestro planeta!
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