Este nuevo jardín de infantes en Vinh, cerca de Hanoi, Vietnam, propone una arquitectura basada en un espacio estimulante, seguro y sostenible. El proyecto Eco-Kindi, consta de tres edificios semicirculares, cada uno de tres niveles, unidos por puentes que generan una serie de espacios interiores y exteriores interconectados, divertidos y seguros.

Busca escapar a los diseños tradicionales de espacios de aprendizaje, algo que difiera de las típicas “cajas estériles con un maestro al frente”. Eco-Kindi busca crear un ambiente de enseñanza donde el descubrimiento, la curiosidad, la interacción con la naturaleza y el aprendizaje fundado en actividades que alientan el desarrollo integral de los niños, sea la prioridad.

Según sus creadores, esto se logra a través de un diseño basado en la naturaleza y geometrías estructurales, que incentivan a la exploración lúdica.

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La obra también procura no ser un agente extraño al contexto: su proyección previó que la escala de los edificios estuviera acorde con el entorno urbano y el paisaje circundante. De la misma manera, se diseñaron formas curvas que permitieran maximizar la imagen del lago Goong, adyacente a la obra, y, también, para conectar los espacios interiores con los patios.

El lago y la ciudad que se vislumbran a lo lejos proporcionan luz y ventilación cruzada. Las ventanas también son parte fundamental del diseño. Se incorporaron múltiples de ellas, con cortes circulares, en colores primarios y formas orgánicas en la planta baja. De variadas alturas, también, para llegar a todos los grupos etarios.

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La construcción forma tres patios y un bosque en medio de ellos. Esta disposición permite que las brisas del lago ingresen al Eco-Kindi y se sumen a la experiencia natural que dan las formas orgánicas de las que hablábamos anteriormente, y los jardines en todos los niveles.

No solo la disposición y diseño se pensó bajo parámetros de naturalidad y organicidad, sino también los materiales. Primordialmente se utilizó madera y hormigón.

El concepto arquitectónico de estos espacios son los cinco elementos del Feng Shui: tierra [fosas de arena y montículos de tierra], agua [elementos que la involucran], fuego [cocina], metal [juegos infantiles] y madera [plantas y árboles].

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El desarrollo físico también se nutre a través del exterior e interior de este jardín de infantes para niños vietnamitas. Varios parques infantiles, un centro deportivo y una piscina promueven un estilo de vida saludable, además de propiciar la creatividad a través de clases de arte, música, una biblioteca y una cocina, para enseñar gastronomía.

Sobre la inspiración del proyecto, Bosse, uno de sus diseñadores, agregó: «Experimentar el diseño moderno desde una edad temprana deja un impacto inolvidable, creando conciencia espacial y nutriendo los fundamentos de la creatividad. De hecho, así fue mi infancia, crecí frente al Instituto de Estructuras Ligeras, fundado por Frei Otto, el arquitecto del techo olímpico de Munich».