El cometa 3I/ATLAS sorprende al detectar “volcanes de hielo”: el visitante interestelar, que a mediados de diciembre tendrá su máximo acercamiento a la Tierra, muestra actividad criovolcánica nunca antes vista en un objeto proveniente de otro sistema estelar.
El cometa 3I/ATLAS, descubierto en julio de 2025, está revolucionando a la comunidad astronómica. Llegado desde otro sistema solar, este visitante interestelar mostró erupciones de volcanes de hielo, un comportamiento que solo se había observado en cuerpos que se formaron en los confines del Sistema Solar.
Nuevas observaciones del Telescopio Joan Oró, del Observatorio del Montsec, revelaron chorros de gas y polvo emergiendo del interior del cometa, una señal inequívoca de actividad criovolcánica. El hallazgo modificó las teorías sobre la estructura y evolución de los objetos interestelares.
Actividad criovolcánica: un hallazgo que sorprendió a los astrónomos
Los chorros fueron detectados mientras el cometa se acercaba a su perihelio, el 29 de octubre. Con el aumento de radiación solar, el hielo en sus capas superficiales comenzó a sublimarse, liberando gas con una intensidad inusual.
Ese comportamiento, típico de cometas del Sistema Solar exterior, fue más fuerte y estructurado en 3I/ATLAS, lo que llevó a los investigadores a concluir que se trataba de volcanes de hielo estallando en su superficie.
Este proceso se habría desencadenado cuando el dióxido de carbono congelado alcanzó la temperatura de transición a gas, generando presión interna. Esa presión impulsó materiales oxidantes hacia zonas ricas en hierro, níquel y sulfuros, provocando reacciones químicas que expulsaron polvo y partículas al espacio.
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Qué revela esto sobre su origen
Desde su descubrimiento, 3I/ATLAS fue estudiado por observatorios de varios países. La espectroscopía comparada indicó que la composición del cometa es muy similar a la de condritas carbonáceas, meteoritos primitivos provenientes de regiones frías y remotas.
Esta similitud sorprendió a los científicos:
“Es notable que un cuerpo formado alrededor de otra estrella tenga una mezcla tan parecida a la de los objetos transneptunianos”, explicó el investigador Josep Trigo-Rodríguez.
La evidencia sugiere que los procesos químicos y físicos que forman mundos helados podrían repetirse en sistemas estelares completamente diferentes. Si se confirma, este tipo de cuerpos serían mucho más comunes en la galaxia de lo que se pensaba.
Una cápsula del tiempo más antigua que el Sistema Solar
El aumento de brillo observado mientras se acercaba al Sol confirmó una fase intensa de sublimación. Eso permitió estudiar materiales internos que permanecieron inalterados durante miles de millones de años.
Por su edad estimada —posiblemente mayor que la del propio Sistema Solar—, 3I/ATLAS ofrece pistas únicas sobre condiciones químicas que ya no se conservan en los cuerpos que se formaron cerca del Sol.
Con un diámetro aproximado de un kilómetro, su masa superaría los 660 millones de toneladas, suficiente para retener calor interno y sostener procesos criovolcánicos.
Su paso por la Tierra: una oportunidad histórica
El cometa tendrá su máxima aproximación el 19 de diciembre de 2025, a unos 270 millones de kilómetros. Después, continuará su trayectoria hiperbólica y abandonará el Sistema Solar para siempre.
Solo dos visitantes interestelares habían sido registrados antes —Oumuamua y 2I/Borisov—, por lo que cada uno ofrece una oportunidad única para entender cómo se forman y evolucionan los cuerpos que nacen alrededor de otras estrellas.
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